domingo, 23 de septiembre de 2012

BIENVENIDOS


¿QUIENES SOMOS?

Constituimos un grupo multidisciplinario de consultores en salud mental, capacitados en actividades de prevención, atención y educación en niños adolescentes y adultos.

PREVENCION DE LA VIOLENCIA SOCIAL











En 2002 llega a las salas de cine Minority Report, película dirigida por Steven Spielberg, en la 
cual una especie de oráculos son utilizados por 
la policía para ver el futuro y detectar qué delitos 
y quiénes los cometerán para así poder detenerlos antes de que esto suceda. Sin duda, este 
debe ser el sueño de todo estratega en materia 
de prevención, pero en el mundo real, mientras 
no tengamos algo parecido (dudo que lo haya 
algún día), tendremos que implementar políticas 
públicas efectivas, pues no hay mejor estrategia 
de prevención que aquella que hace que la violencia y el delito no sucedan. 
Existen múltiples causas para la violencia y el 
delito como pueden ser la desigualdad econó-
mica, la exclusión social, la tradición cultural, la 
debilidad del Estado de derecho, la falta de una 
buena educación, mala planeación urbana y 
Una aproximación
a la prevención social
de la violencia y el delito
José Lobo Carrillo
crecimiento acelerado de las ciudades, entre 
otras. De igual manera existen diferentes tipos y 
expresiones de violencia. 
En materia de prevención, la clave es detectar los factores de riesgo e intervenir de manera 
temprana en las condicionantes estructurales 
para así poder detener la espiral de violencia y 
delito que se crea y a la cual muchas personas 
entran para salir, la mayoría de las veces, muertas o tras las rejas.
La prevención busca reducir la incidencia delictiva y mejorar la convivencia ciudadana, fortalecer la cohesión social y desarrollar lazos de 
solidaridad y confianza entre la comunidad. 
En el mundo existen muchos casos de estrategias exitosas en materia de prevención tales como 
las realizadas en las ciudades de Bogotá y Medellín, Colombia, Belo Horizonte o últimamente Río 34
de Janeiro, Brasil, con sus Unidades de Policía 
Pacificadora, así como algunas ciudades de Estados Unidos o Canadá. 
No existe una receta para el éxito. El Banco 
Interamericano de Desarrollo (BID), una de las 
instituciones internacionales con mayor experiencia en prevención, tiene dentro de sus “lecciones aprendidas” que en este tema “no existen formulas únicas de intervención en los 
países”.
1
 Esto es lógico pues cada país tiene características y causas distintas de la violencia. 
Incluso, en un país tan grande como México, las 
causas pueden variar en sus distintas regiones. 
No obstante, existen algunos principios básicos que pueden ser aplicados. Algunos de ellos, 
no necesariamente en orden de prioridad, son:
Fuerte liderazgo local
Cuando de estrategias de prevención se trata, 
uno de los factores críticos de éxito es el liderazgo local. En México, la autoridad más cercana al 
ciudadano es la municipal y es fundamental su 
participación y liderazgo. La autoridad municipal 
es la que, la mayoría de las veces, cuenta con 
mejor conocimiento de la ciudad y tiene las herramientas necesarias para éste tipo de intervenciones. Todo lo anterior, bajo el principio de 
subsidiariedad.
1
 “Guías Operativas para el Diseño y Ejecución de Programas en el Área de Seguridad 
y Convivencia Ciudadana”, Banco Interamericano de Desarrollo, Estados Unidos de 
América, 2009.
Participación ciudadana
La participación de la ciudadanía en la toma de 
decisiones dentro de su comunidad también es 
fundamental. La autoridad no puede imponerse cuando va a poner en práctica una estrategia 
en materia de prevención, se tiene que tomar 
en cuenta el sentir de la comunidad si lo que se 
pretende es que ésta se apropie de la misma. 
Organizar talleres comunitarios para acompa-
ñar el diseño de la estrategia, así como permitir 
la participación de ONG u OSC e institucio-  
nes académicas, son maneras de facilitar esa     
participación. 
La comunidad cuenta con la capacidad para 
conocer e identificar sus problemas y en base a 
ello, sugerir alternativas de solución que pueden 
apropiarse y aplicar.
Coordinación
Como en casi toda implementación de política 
pública, es imperativo tener coordinación tanto 
interinstitucional dentro de un mismo nivel, como 
con los otros  poderes y niveles de gobierno, y 
lo mismo con la ciudadanía. Para ello, se requiere un proceso ágil y permanente de comunicación entre las partes involucradas.
Como lo mencioné anteriormente, lo ideal sería que los presidentes municipales encabecen y 
den seguimiento puntual a este tipo de estrategias, incluso designen a alguien directamente de 
su oficina que coordine los esfuerzos al interior 
del municipio (desarrollo social, seguridad pública, obras públicas, etc.) así como con los gobiernos estatal y federal, las universidades, ONG 
y la ciudadanía en general.
Sin coordinación, es probable que la estrategia esté destinada al fracaso o sea muy difícil de 
ejecutar.
Diagnóstico eficaz  y focalización
Para evitar dispersión de recursos, es necesario 
diagnosticar, jerarquizar y focalizar esfuerzos social y territorialmente. Con un buen diagnóstico 
se puede saber en qué zona del municipio debe intervenirse primero (focalización territorial) o a 
José Lobo Carrillo35
qué grupo hay que atender prioritariamente (jó-
venes entre 15 y 30 años en situación vulnerable, mujeres y niños sufriendo violencia intrafamiliar, etc.). Para esto, existen muchas y muy 
buenas herramientas en instituciones como el 
Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la ONU (PNUD, UN-HABITAT) o el Centro Internacional para la Prevención del Crimen 
(Montreal), por mencionar algunos.
Sistema de seguridad y justicia efectivo
Sin duda, contar con un buen sistema de seguridad y de justicia, hace una gran diferencia en 
cuanto a prevención se refiere. Se requieren reformas como la realizada en México (aún en proceso) para pasar de un sistema penal inquisitivo 
a uno acusatorio y contar con mecanismos de 
resolución alternativa de conflictos. 
Además, si los niveles de impunidad son altos, por pura probabilidad y estadística, la tendencia será que haya más delitos y violencia. De 
igual manera, la profesionalización de los cuerpos de policía y la forma en que se estructuren 
es muy importante. Los municipios pueden formar policías de proximidad o comunitarias las 
cuales han demostrado ser efectivas. 
Desarrollo urbano ordenado
Se dice popularmente que “la ocasión hace al 
ladrón” y, en muchos de los casos esto hace 
sentido. La falta de planeación ha dado lugar a 
un crecimiento desordenado de nuestras ciudades. Ciudad Juárez es un buen ejemplo de ello, 
creció muy rápido económicamente gracias a la 
industria de la maquila, pero no se creó al mismo 
tiempo la infraestructura (escuelas, guarderías, 
vivienda, centros de salud, servicios básicos, 
etc.) necesaria para su adecuado desarrollo, y la 
violencia que padece esa ciudad hoy en día, se 
debe en buena medida a ello. 
En contraste, la administración del ex alcalde 
de Medellín, Sergio Fajardo, es un buen ejemplo 
de que las intervenciones urbanas integrales 
pueden prevenir o reducir la incidencia delictiva. 
Fajardo entró a la alcaldía de Medellín con un 
índice de homicidios de 57 por cada 100 mil habitantes en 2004 y lo redujo a 26 por cada 100 
mil en 2007, menos de la mitad. 
Es muy importante revalorar y rescatar el espacio público para la convivencia ciudadana: las 
plazas públicas y los parques de las ciudades 
son lugares democráticos donde confluyen todas 
clases sociales y se fortalece la cohesión social.
Inclusión social
La inclusión social es muy efectiva para la prevención. Al sentirse excluidos y vivir en entornos 
de violencia familiar, muchos jóvenes ingresan 
en pandillas y  comienzan a consumir droga, con 
ello inician su viaje en la espiral del delito. 
Hay que ofrecer a los jóvenes la posibilidad 
de soñar con un proyecto de vida a largo plazo. 
Para ello, se debe contar con un buen sistema 
educativo que promueva valores y cultura de la 
legalidad, así como con oportunidades de desarrollo económico y empleo.
Monitoreo y evaluación
Como toda estrategia o proyecto, para tener 
éxito es necesario contar con un buen sistema 
de monitoreo y evaluación. Desarrollar indicadores tanto de gestión como de impacto, a 
corto, mediano y largo plazo con la finalidad de 
medir si se tiene éxito o si hay que corregir la 
estrategiaEstos son sólo algunos puntos a tomar en 
cuenta si se pretende desarrollar una buena estrategia de prevención social de la violencia y el 
delito.
Como menciona el experto en prevención Irvin Waller “para evitar la delincuencia es mejor 
atender las razones de por qué las personas delinquen, que esperar a que transgredan las leyes 
e intentar corregirlas”.
2
 Sin duda también es mucho más barato. Waller señala que de acuerdo a 
algunos estudios realizados, la inversión en prevención podría dar un retorno de 7 a 1, es decir, 
por cada dólar invertido en prevención podrían 
ahorrarse hasta 7 en cuestiones de seguridad 
2
 Waller, Irvin, “Menos Represión, Más Seguridad”, INACIPE, México, 2007.
como policías, armamento, cárceles, jueces, tribunales, etc., sin mencionar las inversiones que 
no llegan a causa de la inseguridad, así como lo 
que la ciudadanía gasta para sentirse protegida 
(seguros, alarmas, vigilancia privada, etc.). 
Ahora bien, desgraciadamente en nuestro 
país, gobiernos anteriores no pensaron en esto 
y es hoy cuando padecemos altos niveles de 
violencia y delincuencia. Por ello, aplaudo la determinación del actual gobierno federal para, 
además de alentar e implementar estrategias 
en materia de prevención social del delito, dar 
una lucha frontal contra la delincuencia organizada, a la que no hay otra forma de combatir 
más que a través del Estado de derecho y todo 
el peso de la ley. La lucha contra la delincuencia 
y la prevención del delito debe ser de Estado y 
no sólo de gobierno, por ello, es hora de que 
todos los Poderes de la Unión, niveles de gobierno y ciudadanía se sumen a ella. 
Para aquellos que pudieran o quisieran verla, no creo que exista una contradicción entre el 
combate frontal a la delincuencia y la prevención social del delito y la violencia. 
Hace algunos días escuché al ex presidente 
de Colombia, Álvaro Uribe, decir que “la política 
de la autoridad contra los violentos debe ir de la 
mano con la política de cultura y convivencia 
ciudadana” y sin duda, Colombia es un buen 
ejemplo de ello. 
Sería difícil entender la reducción del índice 
de homicidios en Medellín sin las intervenciones del ejército y la policía nacional de Colombia, coordinadas desde el gobierno nacional, 
como la “Operación Orión” en la Comuna 13 de 
esta ciudad en 2002.
La prevención es a futuro pero no se puede 
ignorar el presente, intento ver todo a través del 
enfoque sistémico, por lo que pienso que una 
buena combinación entre políticas de represión 
inteligente o contención del delito y prevención 
social constituyen una política integral de seguridad ciudadana.

HIJOS PARENTALES









Está bien dar responsabilidades a los hijos a medida que crecen, pero una cosa muy distinta es delegar en ellos más de lo que les corresponde. Los encargos en la casa tienen la ventaja de hacer que los niños, independientemente de su edad, se sientan parte del buen funcionamiento de la familia.

Los encargos en la casa tienen la ventaja de hacer que los niños, independientemente de su edad, se sientan parte del buen funcionamiento de la familia y sepan que esto no sólo le corresponde a la mamá, al papá y a la persona que ayuda en la casa.
Este es el ideal, pero el lado negativo aparece cuando los padres se extralimitan y les dan más responsabilidades de las que deben. Entonces se dice que se ha “parentalizado” a los hijos.
Siempre los encargos y las responsabilidades se piden de acuerdo a la edad y las capacidades de cada niño.

Si por ejemplo, en una casa no hay plata para pagarle a un jardinero, el encargo de hacer el jardín no se le puede dar al hijo al que le cuesta más hacer las tareas del colegio, sino al que le vaya mejor o que disponga de más tiempo.
“La prudencia de los padres es muy importante. El encargo no los puede desconcentrar de sus actividades”, dice el profesor Carlos Ugarte, subdirector del Colegio Cordillera.
Lo más adecuado es asignarle responsabilidades acordes a lo que están viviendo, como hacer su cama o preparar sus bolsos de gimnasia.
“En ese sentido, es mejor compartir que darle toda la responsabilidad a uno solo diciéndole: ‘preocúpate que tus hermanos hagan la cama’. Al decirle a cada uno: ‘tú antes de salir haces tu cama, tú haces tu cama, tú haces tu cama’, la responsabilidad es individual’”, explica Lucía Godoy, psicóloga y profesora de la Universidad Andrés Bello.
“Que los hijos asuman responsabilidades mayores puede darse sólo de manera ocasional. Si esto se produce una vez a la semana, no hay problema, pero hay situaciones en la que se abusa de dejar al hijo mayor al cuidado de los hijos menores, y pasa prácticamente el hijo a ser el padre o la madre”, añade la psicóloga.
El hijo “parentalizado” suele ser el mayor y necesita su propio espacio para crecer y desarrollarse. No le corresponde asumir la sobrecarga de trabajo de la madre, del padre, o el hecho de ser muchos hermanos. “La responsabilidad del cuidado de los hijos debe recaer siempre en los padres”, señala Godoy.
Al hijo mayor es posible encargarle a sus hermanos, pero de manera más general. Ella sugiere decirle al niño: “en el colegio de vez en cuando ve a tus hermanos”, que es muy distinto a: “en el colegio tú tienes la responsabilidad de preocuparte de tus hermanos”.
Otra situación es cuando los hijos se quedan solamente con la nana: se le puede pedir al hijo mayor una vigilancia más bien indirecta del resto de los hijos y pedirle que actúe solamente si se produjera alguna situación muy especial.
Los niños que sufren los efectos de la “parentalización” tienden a disciplinar inadecuadamente a sus hermanos, dejan de vivir sus propios procesos y se vuelven poco alegres porque se exageró la virtud de la responsabilidad y del servicio.
Efectos sobre los niños
“Cuando los hermanos mayores están cumpliendo una función de poder sobre los hermanos menores, les provoca la necesidad de ser modelos, y como modelos van a tener una mejor conducta y desempeño. Está probado que los niños mayores, debido a esta situación, tienden a ser más inteligentes dentro del núcleo familiar por esta responsabilidad que tienen respecto a los hijos menores”, dice Godoy.
Pero agrega que “como son niños, muchas veces no conocen los límites. Por eso algunos pueden tender a disciplinar inadecuadamente a los menores”.
El mayor problema de los hijos que son “parentalizados” es que dejan de vivir su propio proceso, “dejan de vivir el desarrollo acorde a su edad por cumplir una función que le corresponde a un adulto”, señala la psicóloga.
Otro de los efectos que el profesor Ugarte ve en los niños cuando tienen responsabilidades desproporcionadas, es que se ponen serios. “La vida se les hace muy seria. Tienen sobre sus hombros cosas que no le corresponden por edad, viven el rigor de la vida. ¡Hasta les cambia la expresión!”.
“Cuando hay niños que tienen que cuidar a sus hermanos menores porque su madre trabaja fuera de la casa y son niños de 13 ó 14 años, ese peso de la vida los hace madurar muy fuerte y se vuelven rígidos, no juegan. El exceso de responsabilidades en niños que no están preparados produce inflexibilidad, se vuelven poco alegres porque se exageró la virtud de la responsabilidad y del servicio, ya no hay virtud. Puede pasar también que la persona se hastíe y se pase para el otro lado y se ponga indolente”, comenta el profesor.
Además, la relación entre los hermanos se deteriora porque se crean conflictos entre ellos porque se dan cuenta que su hermano es un igual y no alguien con un derecho especial.
Cuando se sobrepasa el límite
“Puede ser que un padre o una madre no tengan una capacidad adecuada para ejercer el control sobre los hijos, sobre todo si son hijos muy seguidos. Muchas veces esa incapacidad hace que tiendan a delegar funciones en el hijo mayor, cuando en realidad, lo que se debiera hacer es consultar con un especialista y cambiar la forma de actuar respecto a sus hijos”, expresa Godoy.
A veces la situación familiar o la situación económica hacen dar mayores responsabilidades a los niños. ¿Cómo saber si se traspasó el límite? “Cuando el hijo mayor sanciona, castiga a los otros hermanos porque la madre o el padre delegan esa responsabilidad con el objeto de no hacerse problemas. Es una seria y clara señal de alerta que está provocando una situación que es muy injusta para el hijo mayor y que puede causar mayores problemas porque el hijo –niño o adolescente– no tiene el criterio de un adulto. La responsabilidad siempre, siempre, debe ser del padre con criterio formado. Los límites, las reglas y las sanciones las deben poner ellos, nunca un hijo”.
El polo opuesto
Para el profesor Carlos Ugarte lo más habitual en su experiencia educativa ha sido lo contrario, es decir, que a los niños no se les den responsabilidades.
“Los hijos se van desprendiendo y creen que su única función es que les vaya bien en el colegio. Lamentablemente, los papás contribuyen en esa actitud. La experiencia es que centran mucho a los hijos en el quehacer educativo directo. Dicen cosas como: ‘no moleste al niño que está estudiando, que está haciendo una maqueta’, y mandan a la persona que trabaja en la casa. Incluso se llega a que no contestan ni el teléfono, no se sirven un vaso de agua y no recogen los platos de la mesa”.
Ugarte describe que “en el colegio uno ve diferencias notables entre niños que cooperan en sus casas y aquellos que no. Por ejemplo, en las casas donde la nana se va temprano y los niños tienen que recoger la mesa y preparar las cosas para el desayuno, suelen ser en el colegio niños organizadores, que cooperan, no se hacen problema, no se quejan de nada. Se andan ofreciendo, tienen iniciativa y no encuentran que estén haciendo nada del otro mundo”.



ALIENACION PARENTAL







El síndrome de alienación parental (S.A.P) es un término que el profesor de psiquiatría Richard A. Gardner acuñó en 1985 para referirse a lo que él describe como un desorden psicopatológico en el cual un niño, de forma permanente, denigra e insulta sin justificación alguna a uno de sus progenitores, generalmente el padre. Gardner trabajaba como perito en casos de divorcios conflictivos o destructivos y con el término SAP se referió al conjunto de síntomas que resultan del proceso por el cual un progenitor, generalmente la madre, mediante distintas estrategias, realiza una especie de «lavado de cerebro» para transformar la conciencia de sus hijos con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor, hasta hacerla contradictoria con lo que debería esperarse de su condición amorosa.1 2 3
El SAP cuenta con el apoyo de grupos de padres que han sido alejados de sus hijos por causas judiciales, por los abogados que los defienden en casos de divorcio y utilizan el SAP como defensa y, por un grupo de profesionales que trabajan como peritos de parte en estos casos frente a los juzgados.
Sin embargo, dentro de la comunidad académica el síndrome de alienación parental (SAP) carece de consenso científico por no reunir los criterios metodológicos científicos necesarios para ser aceptado y por eso se lo considera pseudocientífico.
El SAP ha sido rechazado como entidad clínica por las dos instituciones más reconocidas en el mundo en términos de salud y trastornos mentales: la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Americana de Psicología. Es por eso que no aparece ni en el CIE-10 (OMS) ni en el DSM-IV, este último publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría.
El diagnóstico del SAP no puede ser separado de su aplicación final.4 El objetivo pragmático es doble: conseguir el cambio de custodia y modificar a través del tratamiento la conducta del progenitor y de los niños que son diagnosticados.5

Etiología

Richard A. Gardner expuso que, habitualmente, es un fenómeno desencadenado por uno de los progenitores respecto del otro. Generalmente se trata de madres paranoicas que están profundamente obsesionados con el odio hacia sus maridos. Este odio aparece luego de la ruptura del matrimonio en el contexto de un juicio de divorcio o por la custodia de los hijos. Estas madres pueden creer en las situaciones más absurdas, incluso que sus hijos han sido abusados sexualmente por el padre y, aunque se les explique en el tratamiento que esto es imposible, no responden a la lógica o a las apelaciones a la razón. Los hijos a menudo comparten estas fantasías paranoides y llegan al extremo de ser presas del pánico ante la perspectiva de tener que visitar a su padre. Se trata de un vínculo patológico entre la madre y los niños que no puede ser cambiado por el tratamiento mientras estos niños continuen conviviendo con su madre.41

Cuadro clínico
Richard A. Gardner distingue tres grados de SAP: levemoderado y grave, aconsejando diversas formas de actuación para cada uno de ellos y destacando la importancia de distinguir como se debe proceder en cada caso.
Es característico que los hijos estén involucrados en el proceso de deterioro, hecho que logra provocar el progenitor «alienador» mediante un mensaje y un programa constituyendo lo que normalmente se denomina «lavado de cerebro». Los hijos que sufren este síndrome, desarrollan un odio patológico e injustificado hacia el progenitor alienado que tiene consecuencias devastadoras en el desarrollo físico y psicológico de éstos.42 Algunas veces, sin llegar a sentir odio, el SAP provoca en el niño un deterioro de la imagen que tiene del progenitor «alienado», resultando de mucho menos valor sentimental o social que la que cualquier niño tiene y necesita de sus progenitores, consecuentemente el niño no se siente orgulloso de su padre como los demás niños. Esta forma más sutil, que se servirá de la omisión-negación de todo lo referente a la persona «alienada» (padre o madre) no producirá daños físicos en los menores, pero sí en su desarrollo psicológico a largo plazo, cuando en la edad adulta ejerzan su rol de progenitores. El síndrome de alienación parental es considerado por Gardner como una forma de maltrato infantil.
En España, Estados Unidos y otros países se está intentando establecer el SAP como legítima defensa contra acusaciones de abuso infantil. Richard Gardner es citado ampliamente por el grupo de defensores de la pederastia, quienes aseguran que ésta es una opción sexual legítima, pues en palabras del mismo Gardner «hay algo de pederastia en cada uno de nosotros».

Síntomas
Algunos indicadores típicos que permitirían detectar síntomas de maltrato serían los siguientes:
  • Impedimento por parte de uno de los progenitores a que el otro progenitor vea a sus hijos o pueda convivir con ellos.
  • Desvalorizar e insultar al otro progenitor en presencia del hijo.
  • Implicar al propio entorno familiar y a los amigos en los ataques al excónyuge.
  • Subestimar o ridiculizar los sentimientos de los niños hacia el otro progenitor.
  • Incentivar o premiar la conducta despectiva y de rechazo hacia el otro progenitor.
  • Influir en los niños con mentiras sobre el otro progenitor llegando a asustarlos.
  • En los niños puede detectarse cuando éstos no pueden dar razones o dan explicaciones absurdas e incoherentes para justificar el rechazo; y también si utilizan frases o palabras impropias de su edad, como diálogos similares o idénticos al del progenitor «alienador», llegando incluso a inventar y mencionar situaciones de abuso o maltrato que jamás han sucedido.

  • Diagnóstico
Es importante tener en cuenta que el «método científico» para obtener los datos que permitan diagnosticar esta patología, según Gardner, es el siguiente:
«En este punto, los peritos que concluyan que el SAP es un diagnóstico aplicable, harán bien en incluirlo en el (los) lugar(es) adecuado(s) en sus informes (especialmente, al final). Al mismo tiempo, harán bien si incluyen cualquier diagnóstico de DSM-IV que sea aplicable para el alienador, el niño alienado y (si procede) para el progenitor alienado. De esta forma, incluso si el juzgado no reconociera el SAP, lo tendrá más difícil para ignorar estos diagnósticos alternativos de dicho manual.»
43 44 El «diagnóstico diferencial» es un argumento circular que explica cualquier reacción como un síntoma.45 Para Gardner cualquier diagnóstico del DSM IV daba lo mismo. Serviría en un informe médico porque le otorgaría cierto sesgo de prestigio y seriedad al informe — al ser el diagnóstico del SAP inexistente en el DSM IV —.

Consecuencias

Según el SAP los niños que sufren este síndrome padecen perturbaciones y disfunciones debido a que sus propios procesos de razonamiento han sido interrumpidos o coaccionados. Los menores que sufren esto, relacionan sus frustraciones con los pensamientos o recuerdos asociados al progenitor alienado, y por tanto desarrollarán conforme vayan creciendo, tendencia a proyectar toda su negatividad psicológica sobre la imagen que tienen de tal progenitor, lo que termina por destruirla y por extensión a la relación.
Para ello, el progenitor «alienante», trae a colación la persona del «alienado», sólo en los momentos en que el menor sufre alguna frustración; lo hacen sistemáticamente, es decir, en todas las ocasiones posibles antes explicadas, al tiempo que omiten toda referencia a la misma persona, sistemáticamente en todos los momentos en que el niño esté de buen ánimo. Esta polarización de frustraciones que asocia toda la negatividad mental del menor con su progenitor alienado o su imagen, es dirigida por manipulación consciente del alienante, sirviéndose de su prevalencia sobre el niño/niña.
El Departamento de Justicia de Canadá declara que no existen evidencias empíricas sobre la existencia del SAP y, aclara que en circunstancias en las que uno o ambos de los progenitores activamente intentan disponer al niño en contra del otro, aunque efectivamente esto causa al niño sufrimiento emocional, la observación empírica indica que el niño procura por el contrario mantener la relación con ambos progenitores. También indica que, en aquellos casos en los que finalmente toma partido, lo suele hacer por aquel progenitor que se muestra más afectivo y cercano.131
Se ha criticado también que el SAP puede emplearse para enmascarar actitudes legítimas de rechazo hacia uno de los progenitores en aquellos casos en los que el niño ha sido víctima o testigo de abusos, malos tratos físicos, verbales, negligencia, o abandono; dado que la sintomatología achacada al SAP puede ser también síntoma de que se están produciendo o se han producido dichos problemas en la relación con el progenitor «alienado».
En palabras del abogado Richard Ducote «El SAP»“ es el sueño de los abogados para una defensa criminal, puesto que cuanto mayor es la prueba del crimen, mayor es la prueba de la defensa." El doctor Richard Gardner la desarrolló mientras trabajaba como asesor para hombres acusados de abusar sexualmente de sus hijos/as. Richard Gardner incluye la idea de que el niño abusado debe permanecer con su abusador, pues según él, alejar al niño de quien lo abusa sexualmente hará inútil todo intento de terapia con el abusador.Richard Gardner asegura, además, que la permanencia del niño con su abusador debe acompañarse por un constante reforzamiento en el niño de la idea de que no existen padres perfectos (y por lo tanto, debe soportar el abuso con paciencia).

DUELO








Si has perdido a un ser querido, es posible que pases por todo tipo de emociones. Es probable que estés triste, preocupado o asustado. Tal vez no estés preparado, estés impresionado o confundido. Puedes sentirte enojado, engañado, aliviado, culpable, exhausto o simplemente vacío. Tus emociones pueden ser más intensas o más profundas que lo habitual, o estar entremezcladas de una manera que nunca habías experimentado.
A algunas personas les cuesta concentrarse, estudiar o comer cuando están atravesando una etapa de duelo. Otras pierden el interés por actividades que solían disfrutar. Algunos se enfrascan en juegos de computación o beben o comen en exceso. Y otras personas se sienten adormecidas, como si nada hubiese ocurrido.
Todas estas emociones son reacciones naturales frente a la muerte.

¿Qué es el duelo?

El duelo es la reacción emocional, física y espiritual en respuesta a la muerte o una pérdida. Las personas que están de duelo pueden experimentar los siguientes cambios:
  • Sienten emociones fuertes, como la tristeza y la ira
  • Tienen reacciones físicas, como falta de sueño o sensación de náusea
  • Tienen reacciones espirituales frente a la muerte. Por ejemplo, algunas personas se cuestionan sus creencias y se sienten muy decepcionadas de su religión mientras que otras descubren que su fe es más fuerte que nunca
El duelo no siempre se relaciona con la muerte.
Existen muchos tipos de pérdidas y no todas tienen que ver con la muerte. Una persona también puede hacer duelo tras la ruptura de una relación íntima o después de que uno de los padres, un hermano o un amigo se muda.
El proceso de duelo lleva tiempo y las heridas se sanan gradualmente. La intensidad del duelo puede depender de si la pérdida fue inesperada y repentina, y de la relación que tenías con la persona que falleció.
Algunas personas escriben sobre el duelo y aseguran que se da en etapas, pero en realidad se suele sentir como "oleadas" o ciclos de dolor que van y vienen según lo que estás haciendo y si existen elementos que te hagan recordar a la persona que murió.
Si perdiste a un familiar cercano, como un padre o un hermano, es posible que sientas que te robaron el tiempo que deseabas pasar con esa persona. También puede resultar difícil expresar tu propia aflicción cuando los demás integrantes de tu familia también están afligidos.
Algunas personas pueden esconder su propia aflicción o evitar hablar de la persona que falleció, porque tienen miedo de entristecer a un padre o a otro integrante de la familia. También es natural sentirse culpable por una discusión pasada o una relación compleja con la persona que murió.
No siempre el duelo se debe a la muerte de una persona. La muerte de una mascota puede provocar fuertes sentimientos de aflicción. Algunas personas se sorprenden por lo dolorosa que puede llegar a ser esta pérdida. Pero los lazos de amor que compartimos con las mascotas son reales y los sentimientos de pérdida y dolor que tenemos cuando mueren también lo son.
Todos estos sentimientos y reacciones son normales. Pero ¿qué puede hacer una persona para superarlos? ¿Cuánto dura el duelo? ¿Alguna vez todo volverá a la normalidad? ¿Y cómo vas a seguir adelante sin la persona que falleció?

Enfrentar el duelo

Así como la gente siente el duelo de muchas maneras diferentes, también lo maneja de manera diferente.
Algunas personas buscan el apoyo de otras y encuentran alivio en los buenos recuerdos. Otras tratan de mantenerse ocupadas para alejar su mente de la pérdida. Algunas personas se deprimen y se alejan de sus amigos o evitan los lugares o situaciones que les recuerdan a la persona fallecida.
A algunas personas, las puede ayudar hablar con otros de su pérdida. Algunas lo hacen natural y fácilmente con amigos y familiares; otras hablan con un terapeuta profesional.
Algunas personas quizás no sientan ganas de hablar mucho del tema, porque les cuesta encontrar palabras para expresar una emoción tan profunda y personal, o se preguntan si hablar les hará sentir más dolor. Esto está bien, siempre y cuando encuentres otras maneras de hacer frente a tu dolor.
En algunos casos, la gente canaliza su dolor involucrándose en actividades peligrosas y autodestructivas. Hacer cosas como beber, drogarse o cortarse el cuerpo para escapar de la realidad de una pérdida puede aplacar el dolor, pero la sensación es únicamente temporal. La persona no está realmente enfrentando el dolor; simplemente lo está enmascarando, lo que hace que esos sentimientos se acumulen en el interior, prolongando el duelo.
Si el dolor parece empeorar, si sientes deseos de lastimarte a ti mismo o tienes pensamientos suicidas, habla con alguien en quien confíes y dile cómo te sientes.

Qué esperar

Puede parecer imposible recuperarse después de perder a un ser querido. Pero la aflicción mejora gradualmente y se vuelve menos intensa con el tiempo. Tal vez, saber algunas de las cosas que puedes esperar durante el proceso de duelo pueda ayudarte a superar el dolor.
Los primeros días después de la muerte de una persona pueden ser intensos, la gente puede expresar emociones fuertes, tal vez llorar o consolarse mutuamente y reunirse para expresar su apoyo y sus condolencias a quienes se ven más afectados por la pérdida. Es normal que sientas que "te estás volviendo loco" y que sientas mucha ansiedad, pánico, tristeza e impotencia. Algunas personas dicen tener una sensación de "irrealidad", como si estuviesen mirando el mundo desde un lugar lejano. Otras se sienten malhumoradas, irritables y con resentimiento.
La familia y los amigos suelen participar en rituales que pueden ser parte de su religión, su cultura, su comunidad o de sus tradiciones familiares (como servicios religiosos, velorios o funerales). Estas actividades pueden ayudar a la gente a superar los primeros días posteriores a la muerte y a honrar a la persona que murió. La gente puede pasar algún tiempo reunida conversando y compartiendo recuerdos de la persona que falleció. Esto puede extenderse por días o semanas después de la pérdida y los amigos y la familia traen alimentos, envían tarjetas o pasan a visitarte.
Muchas veces, la gente muestra sus emociones en este período. Pero, en ocasiones, una persona puede estar tan sorprendida o superada por la muerte que no demuestra las emociones en forma inmediata, aun cuando la pérdida sea muy terrible. No es nada raro ver a las personas sonriendo y hablando con otras en un funeral, como si nada triste hubiese ocurrido. Pero estar junto a otras personas que atraviesan el duelo puede brindar cierto alivio y recordarnos que algunas cosas continuarán igual que antes.
En algunos casos, cuando terminan los rituales asociados con el duelo, la gente puede sentir que deberían haber "superado" la pérdida porque todo parece haber vuelto a la normalidad. Cuando la gente que está de duelo regresa a sus actividades normales, puede resultarle difícil entregarse de lleno a las tareas de todos los días. Muchas personas vuelven a realizar sus tareas normales después de unos pocos días o de una semana. Pero si bien es posible que no hablen tanto de su pérdida, el proceso de duelo continúa.
Es natural continuar teniendo sentimientos y preguntas durante un tiempo después de la muerte de una persona. También es natural comenzar a sentirse un poco mejor. Depende mucho de la manera en que la pérdida afecte tu vida. Está bien estar afligido durante días, semanas, o incluso más tiempo, según cuán cercana era la persona fallecida.
No importa cómo elijas pasar tu duelo, no existe una manera correcta de hacerlo. El proceso de duelo es gradual y dura más en algunas personas que en otras. Puede haber momentos en los que pienses que nunca disfrutarás de la vida de la misma manera, pero ésta es una reacción natural después de una pérdida.

Cuidarte a ti mismo


La pérdida de un ser querido puede ser estresante. Cuidarte a ti mismo en cosas pequeñas, pero importantes, puede ayudarte a enfrentarla. Aquí hay algunas cosas que quizás te ayuden:
  • Recuerda que la aflicción es una emoción normal. Debes saber que la aflicción puede desaparecer (y va a desaparecer)
  • Participa en los rituales. Los servicios religiosos, los funerales y otras tradiciones ayudan a la gente a superar los primeros días y a honrar a la persona que falleció.
  • Reúnete con otros. Incluso las reuniones informales de familiares y amigos brindan una sensación de apoyo y ayudan a la gente a no sentirse tan aislada durante los primeros días y semanas del duelo.
  • Cuando puedas, habla de ello. A algunas personas les ayuda contar la historia de su pérdida o hablar de sus sentimientos. En ocasiones, una persona no tiene deseos de hablar. Eso también está bien. Nadie debe sentirse presionado a hablar.
  • Exprésate. Aun cuando no sientas deseos de hablar, encuentra maneras de expresar tus emociones y tus pensamientos. Comienza a escribir un diario sobre los recuerdos que tienes de la persona que perdiste y de cómo te sientes desde la pérdida. O escribe una canción, un poema o un tributo a la persona que falleció. Puedes hacerlo de manera privada o compartirlo con otros.
  • Haz ejercicio. El ejercicio puede cambiar tu humor. Puede resultar difícil sentirse motivado; por lo tanto, modifica tu rutina normal si es necesario.
  • Aliméntate bien. Seguramente tengas deseos de saltear comidas o quizá no tengas hambre, pero tu cuerpo necesita comida nutritiva.
  • Únete a un grupo de apoyo. Si consideras que puede interesarte concurrir a un grupo de apoyo, pregúntale a un adulto o a un consejero escolar cómo unirte a uno. Lo que debes recordar es que no tienes por qué estar sólo con tus sentimientos o tu dolor.
  • Expresa y libera tus emociones. Si tienes deseos de llorar, no te reprimas. No te preocupes si escuchar determinadas canciones o realizar algunas actividades resulta doloroso porque te trae recuerdos de la persona que perdiste. Esto es normal. Después de un tiempo, será menos doloroso.
  • Crea un memorial o un tributo. Planta un árbol o una planta, o recuerda a la persona con algo saludable, como participar en una maratón o caminata a beneficio (por ejemplo, una carrera por el cáncer de mama) en honor del ser amado.

Conseguir ayuda para un duelo intenso

Si tu dolor no disminuye después de un tiempo de la muerte del ser amado, es posible que desees recibir ayuda. Si el duelo se transformó en depresión, es muy importante que se lo digas a alguien.
¿Cómo saber si el duelo está durando demasiado tiempo? Éstas son algunas de las señales:
  • Has estado de duelo durante 4 meses o más y no te sientes mejor.
  • Te sientes deprimido.
  • Tu dolor es tan intenso que sientes que no puedes continuar con tus actividades habituales.
  • Tu dolor está afectando tu capacidad para concentrarte, dormir, comer o socializar como lo hacías normalmente.
  • Sientes que no puedes continuar viviendo después de la pérdida, o piensas en el suicidio, la muerte o en lastimarte a ti mismo.
En cierta medida, es natural que una pérdida haga que las personas piensen en la muerte. Pero si la pérdida ha hecho que pienses en el suicidio o en lastimarte a ti mismo de alguna manera, o si sientes que no puedes continuar viviendo después de tu pérdida, es importante que se lo digas a alguien de inmediato.
La ayuda de un terapeuta profesional puede serte útil, porque te permite hablar de tu pérdida y expresar sentimientos intensos. Muchos consejeros se especializan en trabajar con adolescentes que están luchando contra la pérdida de un ser querido y la depresión. Si te gustaría hablar con un terapeuta y no estás seguro por dónde empezar, pregúntale a un adulto o a un consejero escolar. Tu médico también puede recomendarte a alguien.

¿Alguna vez lo superaré?

Los amigos y familiares bien intencionados pueden decirle a una persona que está de duelo que necesita "seguir adelante" después de una pérdida. Lamentablemente, este tipo de consejo puede hacer que las personas duden en hablar de su dolor o que sientan que están haciendo un mal duelo o uno demasiado prolongado, o que no son normales. Es útil recordar que el proceso de duelo es sumamente personal e individual: no existe una manera correcta o incorrecta de hacer duelo. Cada persona necesita su propio tiempo para encontrar alivio.
Sin embargo, es importante que las personas que están atravesando un duelo no pierdan las ganas de vivir. Si no te gusta la idea de seguir adelante, tal vez la idea de "continuar" te parezca más adecuada. A veces, puede ayudarte recordarte a ti mismo continuar haciendo todo lo que puedas por el momento. Permítete estar triste e intenta no escaparte de tus emociones. Pero continúa haciendo cosas que normalmente harías, como estar con amigos, ocuparte de tu mascota, practicar ejercicio o hacer tus tareas escolares.
Seguir adelante y aliviar la aflicción del duelo no significa olvidarse de la persona que has perdido. Volver a disfrutar de la vida no significa dejar de extrañar a esa persona. Y cuánto tiempo pasará hasta que comiences a sentirte mejor no es una medida de cuánto amabas a esa persona. Con el tiempo, gracias al cariñoso apoyo de la familia y los amigos, y a tus propias acciones positivas, descubrirás maneras de enfrentar hasta la peor de las pérdidas.

Revisado por: D'Arcy Lyness, PhD

Fecha de revisión: julio de 2010