lunes, 26 de marzo de 2012

Trastorno de angustia




Síntomas de un ataque de pánico son los siguientes:

•Palpitaciones
•Dolores en el pecho
•Mareos o vértigos
•Náusea o problemas estomacales
•Sofocos o escalofríos
•Falta de aire o una sensación de asfixia
•Hormigueo o entumecimiento
•Estremecimiento o temblores
•Sensación de irrealidad
•Terror
•Sensación de falta de control o estarse volviendo loco
•Temor a morir
•Transpiración


Quienes padecen de trastornos de pánico experimentan sensaciones de terror que les llegan repentina y repetidamente sin previo aviso. No pueden anticipar cuando les va a ocurrir un ataque y muchas personas pueden manifestar ansiedad intensa entre cada uno al preocuparse de cuando y donde les llegará el siguiente. Entre tanto, existe una continua preocupación de que en cualquier momento se va a presentar otro ataque.

Cuando llega un ataque de pánico, lo más probable es que la persona sufra palpitaciones y se sienta sudoroso, débil o mareado. Puede sentir cosquilleo en las manos o sentirlas entumecidas y posiblemente se sienta sofocado o con escalofríos. Puede experimentar dolor en el pecho o sensaciones de ahogo, de irrealidad o tener miedo de que suceda una calamidad o de perder el control. La persona puede, en realidad, creer que está sufriendo un ataque al corazóno de apoplejía, que está perdiendo la razón o que está al borde de la muerte. Los ataques pueden ocurrir a cualquier hora aún durante la noche al estar dormido, aunque no esté soñando. Mientras casi todos los ataques duran aproximadamente dos minutos, en ocasiones pueden durar hasta 10 minutos. En casos raros pueden durar una hora o más.

Uno puede en realidad creer que está sufriendo un ataque al corazón, que esté volviéndose loco o que está al borde de la muerte. Los ataques pueden ocurrir a cualquier hora aún durante la noche al estar dormido, aunque no esté soñando.

El trastorno de pánico ataca cuando menos al 1.6 por ciento de la población y es doblemente más común en las mujeres que en los hombres. Puede presentarse a cualquier edad, en los niños o en los ancianos, pero casi siempre comienza en los adultos jóvenes. No todos los que sufren ataques de pánico terminan teniendo trastornos de pánico; por ejemplo, muchas personas sufren un ataque y nunca vuelven a tener otro. Sin embargo, para quienes padecen de trastornos de pánico es importante obtener tratamiento adecuado. Un trastorno así, si no se atiende, puede resultar en invalidez.

El trastorno de pánico frecuentemente va acompañado de otros problemas tales como depresión o alcoholismoy puede engendrar fobias, relacionadas con lugares o situaciones donde los ataques de pánico han ocurrido. Por ejemplo, si la persona experimenta un ataque de pánico mientras usa un elevador, es posible que llegue a sentir miedo de subir a los elevadores y posiblemente empiece a evitar usarlos.

Las vidas de algunas personas han llegado a hacerse muy restringidas porque evitan actividades diarias normales como ir al mercado, manejar un vehículo o, en algunos casos hasta salir de su casa. O bien, pueden llegar a confrontar una situación que les causa miedo siempre y cuando vayan acompañadas de su cónyuge o de otra persona que les merezca confianza. Básicamente, evitan cualquier situación que temen pueda hacerlas sentirse indefensas si ocurre un ataque de pánico. Cuando, como resultado de este mal, las vidas de las personas llegan a ser tan restringidas como sucede en casi una tercera parte de las personas que padecen de trastornos de pánico, se le llama agorafobia. La tendencia hacia trastornos de pánico y agorafobia tiende a ser hereditario. Sin embargo un tratamiento oportuno al trastorno de pánico puede frecuentemente detener el progreso hacia la agorafobia.

Se han hecho estudios que demuestran que un tratamiento adecuado, un tipo de psicoterapia llamada terapia de comportamiento cognoscitivo, medicamentos o posiblemente una combinación de ambos, ayuda del 70% al 90% de las personas con trastornos de pánico. Se puede apreciar una significante mejoría entre 6 a 8 semanas después de iniciarse el tratamiento.
 

lunes, 19 de marzo de 2012

Los niños y el divorcio









Qué hacer y qué no hacer, ante el divorcio.

Todos queremos a nuestros hijos y todos queremos verlos fuertes, sanos física y emocionalmente y felices.

Sin embargo, todos, por falta de información o por problemas emocionales personales, podemos cometer errores que afectan el bienestar de nuestros hijos.

El divorcio es una de las experiencias más difíciles y dolorosas que viven los hombres y las mujeres.

Debilita a la persona, afecta su salud, le causa un gran sufrimiento y la enfrenta, en momentos de debilidad y dolor, a la necesidad de tomar decisiones sumamente importantes.

Esta situación se agrava al ser responsables del bienestar físico y emocional de los hijos, que también están muy afectados.

A continuación, te presento algunas sugerencias que pueden ayudarte a evitarles un mayor sufrimiento y a disminuir los problemas con tus hijos.

¿Qué hacer para ayudar a los hijos?

  • Seguramente estas agobiado con situaciones que necesitas resolver y con la reorganización de tu vida, pero es importante que busques un tiempo para pasar con ellos.
    Te necesitan.
    Eres la persona, que más los puede ayudar.


  • Exprésales tu cariño constantemente, tanto con palabras, como con contacto físico (caricias, besos, abrazos, colocando tu mano en su hombro o espalda, etc.).
    No des por hecho que ellos saben que los quieres.
    Demuéstraselos.


  • Habla con ellos todas las veces que sea necesario.
    Hazlo:
    • De manera clara, directa y honesta, pero adecuada a su edad.
    • Poniéndote a su altura (física), para que puedan verse a los ojos.
    • Escuchándolos, sin hacer alguna otra actividad.
    • Comprobando que no les quedan dudas.
  • Dedica por lo menos unos minutos diarios para estar con cada uno de tus hijos, de preferencia haciendo algo que ellos disfruten.
    Durante esos momentos olvídate de todo lo demás.
    No hagas otras cosas, ni pienses en lo que tienes pendiente.


  • Recuérdales constantemente, que ellos no tienen la culpa de la separación, pero que tampoco pueden hacer nada para volver a unirte con tu pareja.
    Que todos están viviendo momentos dolorosos, pero que poco a poco el dolor va a desaparecer.


  • Observa a tus hijos para detectar cambios en su conducta o en su respuesta emocional y así poder resolver los problemas en su inicio.
    Infórmate sobre su respuesta emocional y sobre sus diferentes sentimientos. Si tu hijo está demasiado tranquilo, "apagado" o agresivo, observa si no se trata de una depresión.


  • Mantén la estructura, límites y la disciplina, de manera consistente, ya que esto les da estabilidad, seguridad y tranquilidad.


  • Evita los cambios innecesarios y mantén las rutinas, dentro de lo posible.


  • Maneja los problemas y acuerdos con tu ex-pareja sin agresiones y luchas de poder.
    Recuerda que los más perjudicados son los hijos.


  • Apoya las relaciones de tus hijos con la familia de tu ex-pareja, a menos que sean perjudiciales para los niños.
    Ellos necesitan sentirse apoyados y queridos por la gente cercana.


  • Cuídate física y emocionalmente. Relájatealiméntate bien, trata de dormir lo mejor posible y aprende a respirar, para disminuir el estrés.


  • Busca estar lo mejor posible.
    Mientras mejor estén, tu ex-pareja y tú, mejor van a estar los hijos.


  • Busca la ayuda y apoyo necesario de familiares y amigos para manejar tus emociones.
    Pero recuerda que quién fomenta tu coraje, autocompasión o actitud de víctima, puede ayudarte a sentirte mejor momentáneamente, pero te está perjudicando.

Que no hacer, porque los perjudica.

  • No dejes que tu hijo esté en medio del conflicto entre tu ex-pareja y tú.
    Ni para que sirvan de árbitro o intermediario, ni para que le den la razón a ninguno de los dos.
    Esta actitud les crea un fuerte conflicto de lealtad y les causa un daño importante.


  • No hables mal de tu pareja delante de los niños.


  • No te refugies en tus hijos para sentirte mejor.


    Quizás en estos momentos sientes que es lo único que te queda o lo más importante, pero con ello colocas una carga emocional en ellos, que no tienen la capacidad de manejar y sólo aumenta su sufrimiento.


    Si necesitas compañía o alguien con quien hablar, búscala en un adulto confiable.
    Tampoco los uses como confidentes.


  • No pelees con tu ex-pareja y menos delante de los niños.
    Se necesitan dos para pelear.
    Si tú no entras en el conflicto, poco a poco tu ex-pareja se va a cansar y va a dejar de buscar pleitos.


  • No uses a tus hijos para averiguar cosas de tu ex-pareja.


  • No critique o regañes a tus hijos, por sus sentimientos.


  • No los compadezcas, ni los ayudes a sentirse víctimas.


  • No exijas demasiado de tus hijos.
    Recuerda que siguen siendo niños o adolescentes y que no tienen la capacidad de un adulto.


  • No te centres en tu dolor, olvidando el dolor y las necesidades de tus hijos.


  • No hagas promesas que no puedes cumplir.


  • No compitas con tu ex-pareja por el amor o la compañía de tus hijos.


  • No utilices a tus hijos para vengarte o lastimar a tu ex-pareja, porque los que más sufren son los niños.


  • No les digas mentiras ni los engañes. En estos momentos necesitan saber que pueden confiar en ti.

lunes, 12 de marzo de 2012

¿Porqué mienten los niños?




Todos los niños mienten  en algún momento. En los menores de cinco años, el mundo mágico de los sueños, deseos y fantasías, no siempre se diferencia de la realidad.

Pero cuando la mentira se convierte en algo crónico pasada esta edad, revela un problema más profundo de inseguridad o falta de autoestima que conviene averiguar y tratar. Si no quieres que tu hijo mienta a todas horas, evita hacerlo tú delante de él.

Todos mentimos en algún momento: por conveniencia, vergüenza, interés, respeto o necesidad. Por piedad, desesperación, defensa o simplemente por gusto. Las mentiras crecen con nosotros y evolucionan junto con nuestra personalidad. Pero si la mentira es persistente y trastorna nuestra vida y la de los que nos rodean, se convierte en algo patológico y peligroso.
Los padres desean que sus hijos no les mientan nunca, que confíen en ellos y les digan siempre la verdad. Para lograr esto, hay que inculcar ciertos hábitos de conducta y darles ejemplo desde pequeños. Mentir es una parte natural del desarrollo mental del niño y ciertas mentiras son positivas, pero si tu hijo es muy pequeño, es peligroso que se dé cuenta de que alterando la realidad obtiene un beneficio, porque así aprende a decir mentiras para evitar sus responsabilidades, y de adolescente engañará para probar sus propios límites y salirse con la suya.

¿Por qué mienten los niños?
Juan Pedro Valencia, psicólogo infantil, nos explica los motivos de las mentiras desde temprana edad:
Menos de 3 años: Por debajo de esta edad los niños no mienten aunque digan cosas que no son verdad, pues para ellos sí lo son y con eso les basta.
Entre 3 y 5 años: La mentira no se produce de forma consciente, sino como elemento constituyente de sus juegos e historias fantasiosas. La mentira es un elemento más del juego y no hay que darle demasiada importancia, salvo que se extienda a su comportamiento habitual o se convierta en la forma por excelencia de obtener lo que quieren.
También les sirve para aprender que no siempre los adultos saben todas las cosas -lo cual es positivo y permite adquirir una mayor tolerancia a la frustración-; que puede ser una forma útil de llamar la atención en algunos casos, o que les permite evitar consecuencias negativas, como por ejemplo, un castigo.

A veces, mienten simplemente porque imitan lo que ven, es decir, absorben nuestras formas de actuar, de comportarnos y también, por qué no decirlo, de mentir. Asimismo, si nuestro nivel de exigencia es demasiado elevado, puede influir de tal forma que al no poder cumplirlo mientan para evitar defraudarnos y eliminar la tensión que les supone asumir esa responsabilidad desproporcionada: la mentira puede convertirse en una válvula de escape que enmascare una ansiedad demasiado elevada.

A partir de 5 años: A esta edad comienzan a mentir de forma consciente, cuando ya suelen distinguir la diferencia entre lo que es cierto y lo que no lo es, aunque aún no tienen claro que mentir sea algo incorrecto. Las mentiras pueden producirse tanto por inseguridad y falta de autoestima -que intentan ocultar mediante la mentira- o bien para probar y ver las reacciones de los adultos y comprobar hasta dónde pueden llegar. En algunos casos, se trata de una forma de obtener afecto (que puede significar la existencia de problemas emocionales no resueltos) y que en la adolescencia puede convertirse en una forma de obtener más intimidad o de ocultar otros problemas más graves.
La mentira puede ser un síntoma que nos indique la personalidad de nuestro hijo:

• El niño tímido que se evade al sentirse desamparado.

• El niño agresivo y colérico que no encuentra la reacción adecuada.

• El niño temeroso que trata de huir del peligro.

• El niño vengativo que busca desquitarse.

¿Cómo saber si miente?
A menudo es muy difícil para los papás saber si los niños están diciendo la verdad o no. Cuando dicen la verdad, generalmente están relajados y sus expresiones faciales lo demuestran. Cuando mienten, sus expresiones faciales pueden demostrar esta ansiedad. Los padres deben escuchar cuidadosamente lo que sus hijos les dicen. ¿Existen contradicciones en lo que dicen? ¿Tienen sentido sus palabras? ¿Es creíble lo que dicen? Si los niños dicen la verdad, usualmente sus palabras no suenan ensayadas, si lo que dicen suena ensayado, los padres pueden hacer preguntas para ver cómo reaccionan al contestarlas.


¿Qué hacer cuando mi hijo miente?
Lo primero es intentar averiguar el porqué de ese comportamiento para así poder corregir lo que de nuestra parte pueda estar influyendo en el mismo y, en caso de que sea exagerado, poder recurrir a un profesional que pueda analizar el problema y orientarnos en la mejor forma de solucionarlo.
No obstante, Juan Pedro Valencia nos da una serie de pautas que podemos emplear para evitar en lo posible las mentiras de nuestros hijos:
- Dar ejemplo: Es difícil pedirle que no mienta si nosotros lo hacemos de forma habitual. Frases tan comunes como decir “Si me llaman por teléfono, di que no estoy”, pueden confundir al niño si luego le recriminamos por decir él algo parecido.

- Crear un clima de confianza que le sirva para tener la seguridad de que puede contarnos todo con tranquilidad y sin miedo.

- Explicarle claramente la diferencia entre la verdad y la mentira. Esto es especialmente importante en edades tempranas, donde, además, ajustaremos la explicación a su edad.

- Felicitarle cuando nos diga la verdad, especialmente si la misma conlleva riesgo de ser castigado. Por supuesto, si ha actuado mal y nos lo confiesa sin mentir no significa que no le debamos castigar, sino que separaremos claramente lo que es un comportamiento inadecuado por su parte de lo que el niño significa para nosotros: le queremos por sí mismo, no por sus actos.

- No reaccionar de forma desproporcionada cuando mienta, siendo preferible reprenderle o comentar lo ocurrido en privado que hacerlo en público.

- Explicar claramente lo que esperamos en cuanto a cumplir normas y los beneficios que conlleva. Ello le permitirá entender bien la relación entre conducta y consecuencias.

- Fomentar oportunidades para que actúe de forma sincera. Nosotros confiamos en ellos pero deben ser honestos con nosotruar para que comprenda lo valioso de la sinceridad. Aumentará nuestra confianza y al mismo tiempo su libertad y autonomía.

- Liberarse de actitudes neuróticas. Muchas veces reaccionamos con ansiedad ante la simple posibilidad de la mentira: “¿Habrá dicho o no la verdad?” Y cuando la mentira es descubierta, entonces se acosa al niño, se multiplican las preguntas y los interrogatorios, y, haciendo gala de una gran desconfianza, ya no se le cree, aunque diga la verdad.

jueves, 8 de marzo de 2012

¿Cómo trabajar en equipo los maestros y padres?

                                  

Introducción

Las reuniones de padres y maestros son una oportunidad para mejorar la comunicación. Dado que los niños son diferentes en el hogar y en la escuela, tanto los padres como los maestros se benefician, ya que pueden entender mejor al niño y así ayudarlo más efectivamente. 

Antes de la reunión

Prepararse para la reunión puede hacer que la experiencia sea más reconfortante. Pregúntele a su hijo si tiene alguna preocupación o si hay algo en particular que desee que usted le comente al maestro. Dependiendo de la edad del niño, decida si los problemas familiares deben mencionarse o no. Si le preocupa el desempeño de su hijo, lleve copias de algún material que ilustre su preocupación. Si sólo uno de los padres puede asistir a la reunión, es útil tomar notas o grabar la reunión para compartir luego con aquel que no pudo asistir. Puede preparar algunas preguntas para recabar información sobre el comportamiento y el progreso de su hijo. Aquí hay algunos ejemplos:
Infancia temprana
  • ¿Comparte con los demás y respeta su turno?
  • ¿Se concentra en actividades en grupos grandes? ¿Y en grupos pequeños?
  • ¿Elige solo las actividades durante el tiempo libre o necesita su ayuda?
  • ¿Cuáles son sus actividades preferidas?
  • ¿Se arriesga?
  • ¿Puede resolver conflictos verbalmente?
  • ¿Prefiere trabajar solo o con otros niños?
  • ¿Es un líder, un seguidor o una mezcla de ambos?
Niños en la escuela primaria
  • ¿Debo ayudarlo con las tareas o prefiere que sea enteramente trabajo de él?
  • ¿Es mejor que no complete lo que no entienda o debo tratar de explicárselo?
  • ¿Debo corregir su tarea?
  • ¿Tiene alguna forma de comunicarse con los padres en caso de que los niños no hagan sus tareas?
  • ¿Sigue las instrucciones?
  • ¿Hay algún momento en que usted trabaje con los niños que requieren ayuda adicional?
  • ¿Hay algún indicio de problemas académicos?
  • ¿Es sensible a las necesidades de los demás?
  • ¿Sus amigos interfieren con su capacidad para concentrarse en el trabajo académico?
  • ¿Ha notado algún signo de alarma a nivel social o emocional?
La mayoría de los padres siente algún grado de ansiedad mientras aguarda afuera del salón de clases para escuchar cómo está trabajando su hijo en la escuela. El grado de ansiedad depende de muchas variables. Si el niño tiene buen carácter y se ha desempeñado exitosamente con anterioridad, los padres se sienten relativamente seguros. Si el niño tiene un carácter difícil y ha tenido algunos tropiezos en la escuela, es probable que los padres se sientan más nerviosos. Los padres no pueden evitar sentir que están siendo juzgados como padres por los maestros. Es difícil para un padre no medir su propio éxito sobre la base del éxito del niño. Estos sentimientos pueden complicarse aún más por la propia experiencia escolar del padre. Si no era buen alumno, acercarse al maestro le hará recordar experiencias del pasado y sentimientos de incomodidad, y se sentirá todavía más ansioso.  Sin embargo, los padres deben recordar que la vida no siempre se adaptará a las necesidades de sus niños y que es útil para el niño aprender a manejarse con diferentes personalidades.
Los padres de niños con buen carácter y que son buenos alumnos, en general, no buscan consejos en las reuniones de padres y maestros. Este artículo, por lo tanto, apunta a los padres de niños más difíciles. Sin embargo, hay un consejo para los padres de los buenos alumnos: Nunca le diga al maestro que su hijo se aburre. Esto hace sentir al maestro que usted no cree que él o ella sea un buen maestro. Hay muchos motivos por los que el niño puede sentir que se aburre. A menudo se refiere a que algo es difícil o tedioso para él, algo a lo que no desea dedicarle su esfuerzo. Si el trabajo es verdaderamente de un nivel bajo para la capacidad del niño, sería mejor hablar con el administrador sobre la ubicación del niño. Si no hay otras opciones de ubicación, hable con el maestro sobre la posibilidad de que el niño realice actividades de enriquecimiento sin atacar de ninguna manera al maestro. En general, estos problemas no son tan serios como tener un niño a quien le cuesta trabajo la escuela.

Durante la reunión

Algunos niños son más difíciles de criar que otros y algunos requieren más habilidades para ser apoyados como alumnos que otros. Los padres no deberían sentirse responsables ni a la defensiva si su hijo tiene dificultades. Sabiendo que su hijo es un niño difícil, deberían acercarse al maestro en forma colaboradora y buscar ayuda para el niño trabajando juntos. Los padres no deben nunca atacar ni culpar al maestro, del mismo modo en que tampoco esperan que el maestro los culpe a ellos. Los padres quizás sientan que el maestro no es tan efectivo como podría con su hijo, pero nunca deben acercarse a él críticamente. Los siguientes son ejemplos de maneras más y menos efectivas de plantear sus preocupaciones:

Menos efectiva: "Le está dando a John demasiado para estudiar para el examen y no está bien organizado. No está claro lo que debe saber. No tiene posibilidades de aprobar". 

Resultado: El maestro se siente atacado y se pone a la defensiva. Los sentimientos negativos hacia el padre pueden transferirse al niño si el maestro no tiene un ego sólido. 

Más efectivo: "John tiene problemas con la organización. Cuando tiene mucho material para estudiar, no sabe por dónde empezar. ¿Se le ocurre alguna manera en que yo pueda ayudarlo?" 

Resultado: El maestro se ofrece a ayudarle a John a organizar el material y promete avisarle con suficiente anticipación qué temas estarán incluidos en el próximo examen (dependiendo de la edad del niño y del grado de dificultad).


Menos efectiva: "Está claro que a usted no le agrada Mary. Ella dice que usted le llama la atención constantemente, que otros niños hacen otras cosas y usted no les dice nada, pero si las hace ella, usted la regaña. Nunca ha tenido este tipo de problemas antes y no le gusta la escuela este año por esto". 

Resultado: El maestro se siente atacado y se pone a la defensiva. 

Más efectivo: "Mary piensa que a usted ella no le agrada. Sé que eso puede ser porque usted la corrige. ¿Está causando algún problema? ¿Hay algo que pueda hacer para ayudar?" 

Resultado: El maestro no se siente amenazado y esto abre una puerta para la discusión. Usted tiene la oportunidad de ayudar al maestro a entender mejor a su hijo. El maestro tratará de hacer un esfuerzo para demostrarle a Mary que la aprecia.


Menos efectiva: "Paul llegó a casa con un gran rasguño en la cara. Dice que Alex siempre busca pelearse con él. Mi hijo no está seguro en la escuela. ¿Por qué no controla su clase?" 

Resultado: El maestro le explicará por qué no es posible observar todo y se sentirá a la defensiva y menos predispuesto a ayudar. 

Más efectivo: "Paul llegó a casa con un gran rasguño en la cara. Dice que Alex siempre busca pelearse con él. Sé que es imposible que un maestro vea y escuche todas las interacciones de los niños, pero ¿podría observarlos y ver qué es lo que ocurre?" 

Resultado: Se abre un canal de comunicación para que el maestro le cuente lo que ha estado observando. Quizás Paul esté contribuyendo al problema. Usted como padre quiere saber esto para poder ayudarlo a enfrentar la situación de manera diferente. Es muy probable que el maestro esté de acuerdo con controlar la situación.

Estos ejemplos señalan la importancia de tratar de mantener un canal abierto de comunicación con el maestro y demostrarle que usted desea colaborar y que respeta su habilidad como docente. Nunca es positivo para su hijo que usted ataque a su maestro. Mantener un canal abierto de comunicación le brinda al padre la oportunidad de recibir mucha más información sobre el niño en la escuela y la mejor oportunidad de lograr que el maestro responda a las necesidades del niño. De igual forma, si está ocurriendo algo en el hogar que pueda afectar el comportamiento del niño en la escuela, es importante compartir esto con el maestro. Si usted tiene problemas matrimoniales o personales, quizás sienta que esto es información privada, pero su hijo puede estar sintiendo estrés y teniendo dificultades sociales o emocionales en la escuela. Compartir su situación ayudará al maestro a ser más comprensivo con su hijo.
Si lo toma completamente por sorpresa que el maestro le diga que su hijo tiene problemas académicos y de conducta, trate de no asustarse ni responder emocionalmente. Adopte un enfoque de solución del problema y demuéstrele al maestro que desea trabajar con él o ella para mejorar la situación. Pídale al maestro que le dé ejemplos específicos del comportamiento en cuestión, cuándo ocurrió y en qué circunstancias, y ofrézcale cualquier explicación que tenga.
Diseñe un plan. Conozca las expectativas del maestro y trabaje con él o ella para desarrollar un plan que ambos crean que funcionará. Es una buena idea concentrarse en un problema a la vez para que el niño no esté sobrecargado y tenga más posibilidades de tener éxito. También es importante determinar si el niño tiene o no control sobre lo que está haciendo. Por ejemplo, un maestro puede quejarse de que el niño no sigue instrucciones. Pero el niño podría tener un problema del lenguaje en vez de hacer esto deliberadamente. Un examen y terapia del lenguaje pueden ser la respuesta. Si el problema es conductual sin base psicológica, un programa de modificación del comportamiento quizás sea la respuesta.
Es siempre una buena idea felicitar al maestro por proyectos o actividades interesantes que ha llevado a cabo y agradecerle que ayude a su hijo. Si su hijo requiere atención adicional de parte del maestro, también agradézcaselo. Los maestros trabajan duro y aprecian el reconocimiento de los padres.

Luego de la reunión

Discuta lo ocurrido en la reunión con su hijo. Comuníquele primero la información positiva. Sea específico con respecto a las áreas en las que le está yendo bien. Si hay un problema, discútalo en el contexto de todos los aspectos positivos de desempeño escolar de su hijo. Cuéntele al niño que usted y su maestro han diseñado un plan para ayudarlo a mejorar y pregúntele qué opina.
Una vez que se ha desarrollado el plan, es importante que el padre y el maestro vuelvan a reunirse luego de un período razonable para evaluar el progreso. Los padres deben recordar que los cambios no se producen de repente y no deben esperar retroalimentación muy frecuentemente ni muy pronto. Esto puede poner al niño bajo mucha presión y hacer la situación más difícil. Si usted cree que el niño no está progresando luego de un período razonable, considere tratar la cuestión con el supervisor del maestro. Los padres deben hacerle saber al niño que el buen desempeño escolar es un valor de la familia y que el maestro y los padres están trabajando juntos para ayudarlo a tener éxito.

Sobre la autora

Lydia Spinelli, Doctora en Educación, quien se ha desempeñado como educadora durante los últimos 28 años, realizó su doctorado en Programas Escolares y Enseñanza en Teachers College, de Columbia University. Ha sido directora de la escuela The Brick Church School, una escuela para niños pequeños de la ciudad de Nueva York, desde 1983. 


martes, 6 de marzo de 2012

Organización y Funciones



Area clínica 
Coordinador: Dr. Fernando Balleza 
El objetivo de esta área es ofrecer la evaluación y tratamiento  integral a través de la consulta psiquiátrica o psicológica de niños, adolescentes, adultos, parejas y familias. Nuestras especialidades son las siguientes:

Psiquiatría general: médico especialista que se ocupa del estudio, conocimiento, explicación, prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de los padecimientos afectivos y de la conducta basándose en la observación clínica e investigación científica.

Paidopsiquiatra: Es el Psiquiatra que cuenta con una  subespecialidad para la atención de niños y adolescentes. A través del conocimiento del desarrollo emocional del niño, los antecedentes biológicos, la dinámica familiar; las características personales de los padres, puede ofrecer un tratamiento  psicoterapéutico o farmacológico especifico para el individuo.

Psicólogo clínico de niños, adolescentes y adultos: Es el profesional de la salud que se encargará de  la evaluación integral del paciente que se lleva a cabo por medio de entrevistas clínicas con el paciente y su familia. En  el caso de atender niños y adolescentes se valoran  aspectos como el  desarrollo psicológico y psicomotor, la dinámica familiar; características personales de los padres. Es entonces que puede ofrecer un tratamiento psicoterapéutico específico para el individuo.  

Área de evaluación a través de pruebas psicológicas
Coordinadora: Psi. Jannet Cendejas
El objetivo de este área es ofrecer una impresión diagnostica de manera rápida, precisa y  eficaz con la finalidad de que la persona obtenga el tratamiento que más le convenga para su problemática en particular.  La ventaja de este tipo de valoración a través de instrumentos de diagnóstico   y clinimetria estandarizados, es que podemos medir, comparar con población de similares características  además de crear hipótesis para sus síntomas o conflictos.
Las evaluaciones más frecuentes son: Clarificar el origen de los problemas escolares, identificando fortalezas y debilidades cognitivas; Diagnosticar algunos problemas neuropsicológicos; Daño neurológico por uso de sustancias toxicas.
Valorar TDAH; Esclarecer impresión diagnostica psiquiátrica especifica. Por ejemplo, t. bipolar v/s unipolar. Revisar el  potencial agresivo. Evaluar errores en el proceso del pensamiento. Investigar abuso sexual, maltrato, negligencia; Valorar de manera integral el desarrollo psicológico en niños y adolescentes; Investigar la manera en que se ha conformado la personalidad en adultos; Valorar dinámica familiar o de pareja; Pacientes que se encontraban en tratamiento previamente, se analiza la mejoría del proceso.

Área de prevención
Coordinadora: Dra. Celia Ortiz
Este apartado refleja el trabajo que llevamos cabo a través de los programas/talleres  orientados tanto a los padres así como a las escuelas, mediante  el fortalecimiento de las competencias parentales y utilizando el abordaje de redes sociales. Nuestro objetivo es la prevención, detección y canalización de problemáticas que involucran: negligencia, abuso, maltrato psicológico, violencia social; bullying.

Área de Enlace
Coordinadora: Dra. Mónica Moreno
El abordaje de  esta área compete la promoción del trabajo en equipo con otros profesionales de la salud (neurólogo, pediatra, nutriólogo, ginecólogo, psicólogo, geriatra) y del campo académico  (maestros, pedagogos) que intervienen en el proceso de desarrollo de los niños y adolescentes. La finalidad es obtener una clara comprensión del individuo previo o durante el tratamiento para poder ofrecer una atención integral , dada la alta comoribilidad con problemas médicos y escolares.



Área de investigación
Coordinador: Dr. Mario Cáceres
El propósito de esta sección es  la comprensión  de la psicopatología ya sea individual o grupal a través de métodos científicos. Las líneas que estamos trabajando son: Resilencia; Competencias parentales; Factores protectores del desarrollo; Modelo de redes para abordar la negligencia y violencia; Apego; Estadística para los principales trastornos mentales (ansiedad, tdah).

lunes, 5 de marzo de 2012

Talleres para la comunidad en general



1. Taller de trastornos afectivos.
2. Taller de trastornos de la conducta.
3. Taller para pacientes/ familia con Esquizofrenia.
4. Taller para personas con Estrés post traumatico.
5. Taller para pacientes/ con Trastornos de alimentación.
6. Taller para familias con pacientes que padecen Alcoholismo.
7. Taller para padres y pacientes con TDAH.
8. Taller para pacientes/familia con Trastorno bipolar.

Curso para profesionales de la salud.





OBJETIVO: Orientar a los profesionales de la salud (Médicos, Enfermeras, Nutriologos, Psicólogos) en la detección y referencia de los trastornos mentales mas frecuentes dentro de la consulta externa. 
TEMARIO :

1. Revisar el desarrollo Psicológico normal y patológico.
2.Diagnostico oportuno de los Trastornos Psiquiátricos más frecuentes en el periodo infanto-juvenil.
3. Abordaje de los diversos Trastornos psiquiátricos y psicológicos más frecuentes en niños y adolescentes.
4. Detección oportuna de problemas sociales. (BULLING, ABUSO SEXUAL, VIOLENCIA INTRAFAMILIAR.)


NO DUDES EN CONTACTARNOS : 81431168 

Talleres para escuelas y maestros





OBJETIVOS: Dentro  del ámbito escolar los niños y los jóvenes tienen una oportunidad enorme de crecer, madurar y desarrollar muchas de sus habilidades. La escuela es también un lugar en donde se puede prevenir un gran número de  problemas en la infancia y la adolescencia.
En las escuelas, se trabaja con los maestros, alumnos y padres sobre temas o programas específicos, dentro de los cuales se encuentran:
TEMARIO

ü  Bullyng.
ü  La Escuela como promotor y garante  de los  derechos de los niños.
ü  Prevención de violencia escolar.
ü  La escuela como factor de resiliencia en la infancia y la adolescencia.
ü  Factores protectores del Desarrollo.
ü  Problemas emocionales mas frecuentes relacionados con el pobre desempeño escolar.
ü  Prevencion de uso de sustancias.
    Como trabajar en equipo: padres, maestros y alumnos. 
    
     NO DUDES EN CONTACTARNOS : 81431168 



Talleres para padres


OBJETIVO: Se trabaja con la promoción de las competencias parentales positivas, ya que los niños al desarrollarse en un entorno seguro, se estará fomentando un desarrollo emocional más sano. Lo anterior facilita el que tengamos en el presente a mejores hijos y en un futuro, mejores adultos.
TEMARIO
Parentalisad sana: orientación sobre  los factores que componen el  buen trato en la infancia y la adolescencia. Fortaleciendo las competencias parentales positivas. Orientando sobre fortalezas y debilidades en el rol paterno, materno y de los cuidadores principales de los niños.
Limites, reglas y restricciones. Se trabaja con los padres  la implementación de regalas básicas y del dia a dia, de acuerdo a las edades de los niños. El limitar a tiempo y adecuadamente es parte de ser buen papá/mamá:
Educación sexual para niños y adolescentes. En este apartado se orienta a los padres sobre la información de índole sexual al  que todo niño y niña está expuesto. Se abordan las preguntas que los menores hacen y la mejor manera de orientarlos. Además se retoma  el manejo de la curiosidad,  un lenguaje adecuado y empático de acuerdo a su edad
Prevención y detección de Uso de Drogas. Se  proporciona a los padres información  respecto a las drogas más utilizadas en la actualidad por los jóvenes. Los síntomas que estos provocan, pero sobre todo como podemos prevenir el que niños y los jóvenes las consuman.
Orientación sobre los problemas más frecuentes en la infancia ( TDAH, Depresión, Ansiedad, Bullyng, Uso de drogas ).
Orientación  sobre el adecuado manejo sobre separación de los padres.
 Prevención de Violencia Intrafamiliar
Prevención de maltrato infantil.
Factores protectores del Desarrollo



NO DUDES EN CONTACTARNOS : 81431168 

domingo, 4 de marzo de 2012

Los derechos de los niños





Proclamada por la Asamblea General en su Resolución 1386 (XIV),el 20 de Noviembre de 1959


Considerando que el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento. La necesidad de esa protección especial ha sido enunciada en la Declaración de Ginebra de 1924 sobre los Derechos del Niño y reconocida en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en los convenios constitutivos de los organismos especializados y de las organizaciones internacionales que se interesan en el bienestar del niño.

La Asamblea General:

Proclama la presente Declaración de los Derechos del Niño a fin de que éste pueda tener una infancia feliz y gozar, en su propio bien y en bien de la sociedad, de los derechos y libertades que en ella se enuncian e insta a los padres, a los hombres y mujeres individualmente y a las organizaciones particulares, autoridades locales y gobiernos nacionales a que reconozcan esos derechos y luchen por su observancia con medidas legislativas y de otra índole adoptadas progresivamente en conformidad con los siguientes principios:

Principio 1.- El niño disfrutará de todos los derechos enunciados en esta Declaración. Estos derechos serán reconocidos a todos los niños sin excepción alguna ni distinción o discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento u otra condición, ya sea del propio niño o de su familia.

Principio 2.- El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con este fin, la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior del niño.

Principio 3.- El niño tiene derecho desde su nacimiento a un nombre y a una  nacionalidad.

Principio 4.- El niño debe gozar de los beneficios de la seguridad social. Tendrá derecho a crecer y desarrollarse en buena salud; con este fin deberán proporcionarse, tanto a él como a su madre, cuidados especiales, incluso atención prenatal y postnatal. El niño tendrá derecho a disfrutar de alimentación, vivienda, recreo y servicios médicos adecuados.

Principio 5.- El niño física o mentalmente impedido o que sufra algún impedimento social debe recibir el tratamiento, la educación y el cuidado especiales que requiere su caso particular.

Principio 6.- El niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, necesita amor y comprensión. Siempre que sea posible, deberá crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres y, en todo caso, en un ambiente de afecto y de seguridad moral y material; salvo circunstancias excepcionales, no deberá separarse al niño de corta edad de su madre. La sociedad y las autoridades públicas tendrán la obligación de cuidar especialmente a los niños sin familia o que carezcan de medios adecuados de subsistencia. Para el mantenimiento de los hijos de familias numerosas conviene conceder subsidios estatales o de otra índole.

Principio 7.- El niño tiene derecho a recibir educación, que será gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas elementales. Se le dará una educación que favorezca su cultura general y le permita, en condiciones de igualdad de oportunidades, desarrollar sus aptitudes y su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral y social, y llegar a ser un miembro útil de la sociedad.

El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación; dicha responsabilidad incumbe, en primer término, a sus padres.

El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deben estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho.

Principio 8.- El niño debe, en todas las circunstancias, figurar entre los primeros que reciban protección y socorro.

Principio 9.- El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trata.

No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o su educación o impedir su desarrollo físico, mental o moral.

Principio 10.- El niño debe ser protegido contra las práticas que puedan fomentar la discriminación racial, religiosa o de cualquier otra índole. Debe ser educado en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos, paz y fraternidad universal, y con plena conciencia de que debe consagrar sus energías y aptitudes al servicio de sus semejantes.

viernes, 2 de marzo de 2012

Prevención de la salud mental

Alrededor de 450 millones de personas padecen trastornos mentales y de conducta a nivel mundial. Una de cada cuatro personas desarrollará uno o más de estos trastornos en el transcurso de su vida. Cinco de cada diez de las causas principales de discapacidad y muerte prematura a nivel mundial se deben a condiciones psiquiátricas.
Los trastornos mentales representan no solo una inmensa carga psicológica, social y económica a la sociedad, sino que también aumentan el riesgo de las enfermedades físicas. El único método sostenible para reducir la carga causada por estos trastornos es la prevención.
La prevención efectiva puede reducir el riesgo de desarrollar trastorno mentales; se ha observado que los programas y políticas preventivas reducen los factores de riesgo, fortalecen los factores de protección y disminuyen los síntomas psiquiátricos y la discapacidad.

Es importante diferenciar la prevención y la promoción en la salud mental, en donde la promoción se refiere a aumentar el bienestar psicológico, la capacidad y la fortaleza emocional así como crear condiciones y entornos favorables para la vida. Mientras que la prevención tiene como objetivo reducir los síntomas así como la reducción de los trastornos mentales.

Los factores de riesgo están asociados con una mayor probabilidad de aparición de enfermedad, mayor gravedad y duración de los principales problemas de salud. Los diferentes factores de riesgo pueden ser intrínsecos como falta de educación o aislamiento de las persona o extrínsecos como violencia, delincuencia y pobreza. Contra estos factores de riesgo existen factores de protección como fortaleza emocional, autoestima así como participación social y redes comunitarias.

Las siguientes macro-estrategias preventivas han comprobado que mejoran la salud mental y reducen los riesgos de desarrollar trastornos mentales:
·         Mejorar la nutrición
·         Mejorar la vivienda
·         Mejorar el acceso a la educación
·         Reduciendo la seguridad económica
·         Fortalecer las redes comunitarias
·         Reducir el daño por sustancias adictivas

Un método preventivo importante es la posibilidad de disminuir el estrés y aumentando la fortaleza.  Como el promover una vida saludable.
Educación preescolar e intervenciones con los padres. Los cuales han generado resultados positivos que incluyen programas universales como lectura en familia, programas de recreación etc.
Aumentar fortaleza y reduciendo conductas de riesgo en escuelas; A pesar de la variación en la cantidad de tiempo que los niños permanecen en las escuelas, éstas constituyen
las principales instituciones para la socialización. los programas realizados en las escuelas, ya sea en escuelas primarias, medias o secundarias, pueden influir sobre la salud mental positiva y reducir los factores de riesgo y los problemas emocionales y de conducta a través de un aprendizaje socioemocional e intervenciones ecológicas.
El trabajo representa dos fuentes principales de factores de estrés que pueden contribuir a una salud mental deficiente: estrés laboral y desempleo. Dichos factores de estrés pueden aumentar la incidencia de la depresión, ansiedad, desgaste, problemas relacionados con el alcohol, enfermedad cardiovascular y conducta suicida. Para reducir el estrés en el trabajo, las intervenciones podrán estar dirigidas a aumentar la capacidad del empleado para hacer frente a situaciones de estrés o a reducir los factores de estrés en el ambiente de trabajo.