En 2002 llega a las salas de cine Minority Report, película dirigida por Steven Spielberg, en la
cual una especie de oráculos son utilizados por
la policía para ver el futuro y detectar qué delitos
y quiénes los cometerán para así poder detenerlos antes de que esto suceda. Sin duda, este
debe ser el sueño de todo estratega en materia
de prevención, pero en el mundo real, mientras
no tengamos algo parecido (dudo que lo haya
algún día), tendremos que implementar políticas
públicas efectivas, pues no hay mejor estrategia
de prevención que aquella que hace que la violencia y el delito no sucedan.
Existen múltiples causas para la violencia y el
delito como pueden ser la desigualdad econó-
mica, la exclusión social, la tradición cultural, la
debilidad del Estado de derecho, la falta de una
buena educación, mala planeación urbana y
Una aproximación
a la prevención social
de la violencia y el delito
José Lobo Carrillo
crecimiento acelerado de las ciudades, entre
otras. De igual manera existen diferentes tipos y
expresiones de violencia.
En materia de prevención, la clave es detectar los factores de riesgo e intervenir de manera
temprana en las condicionantes estructurales
para así poder detener la espiral de violencia y
delito que se crea y a la cual muchas personas
entran para salir, la mayoría de las veces, muertas o tras las rejas.
La prevención busca reducir la incidencia delictiva y mejorar la convivencia ciudadana, fortalecer la cohesión social y desarrollar lazos de
solidaridad y confianza entre la comunidad.
En el mundo existen muchos casos de estrategias exitosas en materia de prevención tales como
las realizadas en las ciudades de Bogotá y Medellín, Colombia, Belo Horizonte o últimamente Río 34
de Janeiro, Brasil, con sus Unidades de Policía
Pacificadora, así como algunas ciudades de Estados Unidos o Canadá.
No existe una receta para el éxito. El Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), una de las
instituciones internacionales con mayor experiencia en prevención, tiene dentro de sus “lecciones aprendidas” que en este tema “no existen formulas únicas de intervención en los
países”.
1
Esto es lógico pues cada país tiene características y causas distintas de la violencia.
Incluso, en un país tan grande como México, las
causas pueden variar en sus distintas regiones.
No obstante, existen algunos principios básicos que pueden ser aplicados. Algunos de ellos,
no necesariamente en orden de prioridad, son:
Fuerte liderazgo local
Cuando de estrategias de prevención se trata,
uno de los factores críticos de éxito es el liderazgo local. En México, la autoridad más cercana al
ciudadano es la municipal y es fundamental su
participación y liderazgo. La autoridad municipal
es la que, la mayoría de las veces, cuenta con
mejor conocimiento de la ciudad y tiene las herramientas necesarias para éste tipo de intervenciones. Todo lo anterior, bajo el principio de
subsidiariedad.
1
“Guías Operativas para el Diseño y Ejecución de Programas en el Área de Seguridad
y Convivencia Ciudadana”, Banco Interamericano de Desarrollo, Estados Unidos de
América, 2009.
Participación ciudadana
La participación de la ciudadanía en la toma de
decisiones dentro de su comunidad también es
fundamental. La autoridad no puede imponerse cuando va a poner en práctica una estrategia
en materia de prevención, se tiene que tomar
en cuenta el sentir de la comunidad si lo que se
pretende es que ésta se apropie de la misma.
Organizar talleres comunitarios para acompa-
ñar el diseño de la estrategia, así como permitir
la participación de ONG u OSC e institucio-
nes académicas, son maneras de facilitar esa
participación.
La comunidad cuenta con la capacidad para
conocer e identificar sus problemas y en base a
ello, sugerir alternativas de solución que pueden
apropiarse y aplicar.
Coordinación
Como en casi toda implementación de política
pública, es imperativo tener coordinación tanto
interinstitucional dentro de un mismo nivel, como
con los otros poderes y niveles de gobierno, y
lo mismo con la ciudadanía. Para ello, se requiere un proceso ágil y permanente de comunicación entre las partes involucradas.
Como lo mencioné anteriormente, lo ideal sería que los presidentes municipales encabecen y
den seguimiento puntual a este tipo de estrategias, incluso designen a alguien directamente de
su oficina que coordine los esfuerzos al interior
del municipio (desarrollo social, seguridad pública, obras públicas, etc.) así como con los gobiernos estatal y federal, las universidades, ONG
y la ciudadanía en general.
Sin coordinación, es probable que la estrategia esté destinada al fracaso o sea muy difícil de
ejecutar.
Diagnóstico eficaz y focalización
Para evitar dispersión de recursos, es necesario
diagnosticar, jerarquizar y focalizar esfuerzos social y territorialmente. Con un buen diagnóstico
se puede saber en qué zona del municipio debe intervenirse primero (focalización territorial) o a
José Lobo Carrillo35
qué grupo hay que atender prioritariamente (jó-
venes entre 15 y 30 años en situación vulnerable, mujeres y niños sufriendo violencia intrafamiliar, etc.). Para esto, existen muchas y muy
buenas herramientas en instituciones como el
Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la ONU (PNUD, UN-HABITAT) o el Centro Internacional para la Prevención del Crimen
(Montreal), por mencionar algunos.
Sistema de seguridad y justicia efectivo
Sin duda, contar con un buen sistema de seguridad y de justicia, hace una gran diferencia en
cuanto a prevención se refiere. Se requieren reformas como la realizada en México (aún en proceso) para pasar de un sistema penal inquisitivo
a uno acusatorio y contar con mecanismos de
resolución alternativa de conflictos.
Además, si los niveles de impunidad son altos, por pura probabilidad y estadística, la tendencia será que haya más delitos y violencia. De
igual manera, la profesionalización de los cuerpos de policía y la forma en que se estructuren
es muy importante. Los municipios pueden formar policías de proximidad o comunitarias las
cuales han demostrado ser efectivas.
Desarrollo urbano ordenado
Se dice popularmente que “la ocasión hace al
ladrón” y, en muchos de los casos esto hace
sentido. La falta de planeación ha dado lugar a
un crecimiento desordenado de nuestras ciudades. Ciudad Juárez es un buen ejemplo de ello,
creció muy rápido económicamente gracias a la
industria de la maquila, pero no se creó al mismo
tiempo la infraestructura (escuelas, guarderías,
vivienda, centros de salud, servicios básicos,
etc.) necesaria para su adecuado desarrollo, y la
violencia que padece esa ciudad hoy en día, se
debe en buena medida a ello.
En contraste, la administración del ex alcalde
de Medellín, Sergio Fajardo, es un buen ejemplo
de que las intervenciones urbanas integrales
pueden prevenir o reducir la incidencia delictiva.
Fajardo entró a la alcaldía de Medellín con un
índice de homicidios de 57 por cada 100 mil habitantes en 2004 y lo redujo a 26 por cada 100
mil en 2007, menos de la mitad.
Es muy importante revalorar y rescatar el espacio público para la convivencia ciudadana: las
plazas públicas y los parques de las ciudades
son lugares democráticos donde confluyen todas
clases sociales y se fortalece la cohesión social.
Inclusión social
La inclusión social es muy efectiva para la prevención. Al sentirse excluidos y vivir en entornos
de violencia familiar, muchos jóvenes ingresan
en pandillas y comienzan a consumir droga, con
ello inician su viaje en la espiral del delito.
Hay que ofrecer a los jóvenes la posibilidad
de soñar con un proyecto de vida a largo plazo.
Para ello, se debe contar con un buen sistema
educativo que promueva valores y cultura de la
legalidad, así como con oportunidades de desarrollo económico y empleo.
Monitoreo y evaluación
Como toda estrategia o proyecto, para tener
éxito es necesario contar con un buen sistema
de monitoreo y evaluación. Desarrollar indicadores tanto de gestión como de impacto, a
corto, mediano y largo plazo con la finalidad de
medir si se tiene éxito o si hay que corregir la
estrategiaEstos son sólo algunos puntos a tomar en
cuenta si se pretende desarrollar una buena estrategia de prevención social de la violencia y el
delito.
Como menciona el experto en prevención Irvin Waller “para evitar la delincuencia es mejor
atender las razones de por qué las personas delinquen, que esperar a que transgredan las leyes
e intentar corregirlas”.
2
Sin duda también es mucho más barato. Waller señala que de acuerdo a
algunos estudios realizados, la inversión en prevención podría dar un retorno de 7 a 1, es decir,
por cada dólar invertido en prevención podrían
ahorrarse hasta 7 en cuestiones de seguridad
2
Waller, Irvin, “Menos Represión, Más Seguridad”, INACIPE, México, 2007.
como policías, armamento, cárceles, jueces, tribunales, etc., sin mencionar las inversiones que
no llegan a causa de la inseguridad, así como lo
que la ciudadanía gasta para sentirse protegida
(seguros, alarmas, vigilancia privada, etc.).
Ahora bien, desgraciadamente en nuestro
país, gobiernos anteriores no pensaron en esto
y es hoy cuando padecemos altos niveles de
violencia y delincuencia. Por ello, aplaudo la determinación del actual gobierno federal para,
además de alentar e implementar estrategias
en materia de prevención social del delito, dar
una lucha frontal contra la delincuencia organizada, a la que no hay otra forma de combatir
más que a través del Estado de derecho y todo
el peso de la ley. La lucha contra la delincuencia
y la prevención del delito debe ser de Estado y
no sólo de gobierno, por ello, es hora de que
todos los Poderes de la Unión, niveles de gobierno y ciudadanía se sumen a ella.
Para aquellos que pudieran o quisieran verla, no creo que exista una contradicción entre el
combate frontal a la delincuencia y la prevención social del delito y la violencia.
Hace algunos días escuché al ex presidente
de Colombia, Álvaro Uribe, decir que “la política
de la autoridad contra los violentos debe ir de la
mano con la política de cultura y convivencia
ciudadana” y sin duda, Colombia es un buen
ejemplo de ello.
Sería difícil entender la reducción del índice
de homicidios en Medellín sin las intervenciones del ejército y la policía nacional de Colombia, coordinadas desde el gobierno nacional,
como la “Operación Orión” en la Comuna 13 de
esta ciudad en 2002.
La prevención es a futuro pero no se puede
ignorar el presente, intento ver todo a través del
enfoque sistémico, por lo que pienso que una
buena combinación entre políticas de represión
inteligente o contención del delito y prevención
social constituyen una política integral de seguridad ciudadana.