El término de "NI-NI" hace referencia al sector de la población que en la actualidad no está trabajando ni estudiando (Ni estudia, ni trabaja), siendo la mayoría jóvenes en edad escolar. Los principales detonantes de este problema son la falta de empleo, la deserción escolar y la baja calidad educativa.
Equivale al acrónimo inglés NEET, acrónimo en inglés de la expresión Not in Employment, Education or Training (Ni
trabaja, ni estudia ni recibe formación). El acrónimo inglés fue
utilizado por primera vez por el gobierno británico y su uso se ha
extendido en otros países, entre los que se incluyen Japón, China, y Corea del Sur, mientras en los países de habla hispana se prefiere la denominación "nini" o "ni-ni".
En el Reino Unido,
la clasificación abarca a personas de entre 16 y 18 años (a los 16 años
algunos todavía están en la edad de educación obligatoria). En Japón,
la clasificación abarca a las personas de entre 15 y 34 años que están
desempleados, solteros, no alistados en la escuela o encargándose de
tareas domésticas, y que no están buscando trabajo o recibiendo la
formación necesaria para el mismo. El grupo de NEET no es un conjunto
uniforme de individuos sino que está compuesto, por un lado, por
personas que son consideradas NEET sólo durante un corto período
mientras prueban diferentes opciones; y, por otro, por personas con
graves y a veces múltiples trastornos mentales en riesgo de permanecer desocupados a largo plazo.
Causas
- La población de jóvenes provenientes de familias con bajos ingresos, se ven obligados a abandonar la escuela a una edad más temprana por lo que se les dificulta mas conseguir un empleo.
- Paternidad a temprana edad, principalmente a la edad de entre 15 y 19 años.
- Ocio.
- Falta de atención en el ámbito familiar.
- Problemas Sociales.
- El no tener recursos económicos.
- El no querer estudiar.
Impacto en las sociedades
El
aumento de esta población trae consigo graves consecuencias para un
país ya que los NI-NI se convierten en una población muy vulnerable para
ser captada por la delincuencia organizada ya
que se les ofrece cierto tipos de oportunidades que no podrían obtener a
corto plazo con la falta de educación en la que viven.
Por
otro lado, el no tener una actividad o responsabilidad que cumplir, se
fomenta la vagancia, haciendo mucho más probable el consumo de
sustancias tóxicas, que tarde o temprano termina en adicciones, e
incluso la depresión que causa dicha situación en los jóvenes culmina en
intentos de suicidio; por lo que si se considera lo anterior los
impactos que tienen en una sociedad aquellos jóvenes que ni estudian, ni
trabajan, no sólo son económicos.
Los
Ni-Ni viven en condición social de verdadera marginación,
discriminación y exclusión social; son chicos que están obligados a
mantener situación forzada de ocio frustrante, obligatorio, impuesto,
incómodo, improductivo, angustiante y doloroso.1 Son
jóvenes desocupados que buscan acomodo, que tratan de encontrar un
lugar en la sociedad, que luchan para conseguirlo pero, sencillamente,
no lo logran. Asimismo, están en busca de trabajos y universidades, que
hacen filas, llenan formularios, acuden a entrevistas y exámenes, pero
sólo reciben negativas.2 Toman
una posición indiferente ante la realidad y optan por no estudiar ya
que afirman que no conseguirán trabajo relacionado a sus estudios o
simplemente por falta de ganas en el estudio.3
En
América Latina, según el Informe Mundial sobre la Juventud de 2007, en
2004 entre el 18 y el 20% de los adolescentes de entre 15 y 19 años no
estudiaban ni trabajaban. En México no existe una cifra exacta sobre el
número de Ni-Ni, por el contrario, existe una discusión entre diversos
organismos del gobierno. Según el rector de la UNAM la cifra asciende a
más de 7.5 millones de jóvenes (22% de la población de entre 12 y 29
años, de los cuales más de 6 millones son mujeres), lo que contrasta con
la cifra de menos de 300 mil jóvenes publicada por funcionarios de la SEP.
Sin embargo, ambas instituciones (UNAM y SEP) están de acuerdo en que
aunque sus cifras son diferentes, indican que hay una grave falta de
oportunidades y aspiraciones en los jóvenes.4
La
crisis de la generación de los Ni-Ni se ha acentuado en los últimos
años debido a que aunque las generaciones crecen en un ambiente de
tecnología y democracia, tienen una gran dificultad para desarrollar un
proyecto de vida y de emanciparse. Esta generación se enfrenta con
condiciones laborales deterioradas: infraempleo y la no valoración de la
formación educativa. Una de las razones por la que los Ni-Ni sufren de
angustia es por la posibilidad de tener una calidad de vida inferior a
la de sus padres.5
Otra
de las causas de la angustia en este grupo de personas se debe a que no
le encuentran sentido a estudiar, si después de haberlo hecho les
costará mucho trabajo conseguir un empleo relacionado con lo que
estudiaron, por lo que deciden no hacer ninguna de las dos cosas y
ocuparse su tiempo en ociosidades, lo que causa en ellos una sensación
de sin sentido.6
Una
comparación muy interesante es la que hacen los sociólogos, al
contrastar esta generación con las pasadas en las que si los jóvenes no
estudiaban, se ponían a trabajar; sin embargo, en las generaciones de la
actualidad si los jóvenes no estudian, tampoco trabajan. Un dato
interesante es que la mayoría de miembros de esta generación forman
parte de familias de clases medias y bajas.7
En las revoluciones árabes de 2010 y 2011 se considera que la participación de las generaciones de jóvenes ni-ni ha sido decisiva.8
Al
respecto, un libro que explora el problema y propone soluciones, del
punto de vista familiar y psicológico, es "Generación Ni ni" escrito por
Alejandro Schujman.
México
Según datos emitidos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) existen aproximadamente 7 millones de jóvenes en edad productiva que pertenecen a este sector.
El
problema de los NI-NI actualmente es muy preocupante, ya que tomando en
cuenta la crisis económica que enfrenta el país, las cifras han ido en
aumento. Los directores de las principales universidades públicas del
país, el ex director del IPN, José Enrique Villa, y el actual rector de
la UNAM, José Narro, se han dirigido a los políticos y al gobierno
actual con el fin de crear proyectos para generar mayores expectativas y
oportunidades a la población juvenil para no desaprovechar al “bono
demográfico”, es decir a los jóvenes que en un futuro se harán cargo del
país.
La
UNAM advierte en un estudio a través del Centro Regional de
Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Nacional Autónoma
de México (CRIM-UNAM) que los NI-NI son una bomba de tiempo a la que el
gobierno no ha querido desactivar, por lo que advierten que aumentará el
número de jóvenes que prefieran migrar hacía E.U.A. o Canadá con el
objetivo de encontrar mejores oportunidades, o que opten por la economía
informal y la delincuencia.
También
se menciona en la investigación que el 37% de los adolescentes
abandonan la escuela antes de terminar la secundaria, lo que equivale a
más de una tercera parte, y se advierte que esta cifra podría aumentar
debido a las condiciones económicas.
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