domingo, 24 de junio de 2012

ESTRES LABORAL


ESTRÉS LABORAL 
SOCIEDAD ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DE LA ANSIEDAD Y EL ESTRÉS




    El término estrés proviene de la física y la arquitectura y se refiere a la fuerza que se aplica a un objeto, que puede deformarlo o romperlo. En la Psicología, estrés suele hacer referencia a ciertos acontecimientos en los cuáles nos encontramos con situaciones que implican demandas fuertes para el individuo, que pueden agotar sus recursos de afrontamiento.
    La definición del término estrés ha sido muy controvertida desde el momento en que se importó para la psicología por parte del fisiólogo canadiense Selye (1956). El estrés ha sido entendido:
  • como reacción  o respuesta del individuo (cambios fisiológicos, reacciones emocionales, cambios conductuales, etc.)
  • como estímulo (capaz de provocar una reacción de estrés) 
  • como interacción entre las características del estímulo y los recursos del individuo. 
    En la actualidad, este último planteamiento, se acepta como el más completo. Así pues, se considera que el estrés se produce como consecuencia de un desequilibrio entre las demandas del ambiente (estresores internos o externos) y los recursos disponibles del sujeto. De tal modo, los elementos a considerar en la interacción potencialmente estresante son: variables situacionales (por ejemplo, del ámbito laboral), variables individuales del sujeto que se enfrenta a la situación y consecuencias del estrés.
    El estrés puede ser definido como el proceso que se inicia ante un conjunto de demandas ambientales que recibe el individuo, a las cuáles debe dar una respuesta adecuada, poniendo en marcha sus recursos de afrontamiento. Cuando la demanda del ambiente (laboral, social, etc.) es excesiva frente a los recursos de afrontamiento que se poseen, se van a desarrollar una serie de reacciones adaptativas, de movilización de recursos, que implican activación fisiológica. Esta reacción de estrés incluye una serie de reacciones emocionales negativas (desagradables), de las cuáles las más importantes son: la ansiedad, la ira y la depresión.

Ansiedad y estrés
    Muchas veces ansiedad y estrés se usan como sinónimos, entendiendo en ambos casos un mismo tipo de reacción emocional, caracterizada por alta activación fisiológica. Sin embargo, existen tradiciones diferentes a la hora de estudiar ambos fenómenos. El estrés es un proceso más amplio de adaptación al medio. La ansiedad es una reacción emocional de alerta ante una amenaza. Digamos que dentro del proceso de cambios que implica el estrés, la ansiedad es la reacción emocional más frecuente. Muchos estímulos o situaciones pueden provocar en el individuo la necesidad de movilizar recursos para dar respuesta a las demanda de dicho estímulo, o para volver al estado inicial de equilibrio en el que se encontraba inicialmente. Al estímulo le llamamos estresor, o situación estresante.



SÍNTOMAS QUE PUEDEN PROVOCAR EL ESTRÉS LABORAL

El estrés supone una reacción compleja a nivel biológico, psicológico y social. La mayor parte de los cambios biológicos que se producen en el organismo cuando está sometido a una reacción de estrés no son perceptibles para el ser humano y se precisan procedimientos diagnósticos para determinar el nivel de la reacción. Sin embargo, a nivel psicológico muchos síntomas producidos por el estrés pueden ser fácilmente identificados por la persona que está sufriendo dichos cambios. La reacción más frecuente cuando nos encontramos sometidos a una reacción de estrés es la ansiedad.
Los síntomas de ansiedad más frecuentes son:
1. A nivel cognitivo-subjetivo: 
  • preocupación, 
  • temor, 
  • inseguridad, 
  • dificultad para decidir, 
  • miedo, 
  • pensamientos negativos sobre uno mismo 
  • pensamientos negativos sobre nuestra actuación ante los otros, 
  • temor a que se den cuenta de nuestras dificultades, 
  • temor a la pérdida del control, 
  • dificultades para pensar, estudiar, o concentrarse, etc.
2. A nivel fisiológico: 
  • sudoración, 
  • tensión muscular, 
  • palpitaciones, 
  • taquicardia, 
  • temblor, 
  • molestias en el estómago, 
  • otras molestias gástricas, 
  • dificultades respiratorias, 
  • sequedad de boca, 
  • dificultades para tragar, 
  • dolores de cabeza, 
  • mareo, 
  • náuseas, 
  • molestias en el estómago, 
  • tiritar, etc.
3. A nivel motor u observable: 
  • evitación de situaciones temidas, 
  • fumar, comer o beber en exceso, 
  • intranquilidad motora (movimientos repetitivos, rascarse, tocarse, etc.), 
  • ir de un lado para otro sin una finalidad concreta, 
  • tartamudear, 
  • llorar, 
  • quedarse paralizado, etc.
El estrés, además de producir ansiedad, puede producir enfado o ira, irritabilidad, tristeza-depresión, y otras reacciones emocionales, que también podemos reconocer. 
Pero además de estas reacciones emocionales podemos identificar claramente otros síntomas producidos por el estrés, como son el agotamiento físico, la falta de rendimiento, etc.
Finalmente, si el estrés es muy intenso y se prolonga en el tiempo, puede llegar a producir enfermedades físicas y desórdenes mentales, en definitiva problemas de salud.

FACTORES QUE INCIDEN EN EL ESTRES LABORAL


El estrés hoy en día se considera como un proceso interactivo en el que influyen los aspectos de la situación (demandas) y las características del sujeto (recursos). Si las demandas de la situación superan a los recursos del individuo, tenderá a producirse una situación de estrés en la que el individuo intentará generar más recursos para atender las demandas de la situación.
          Los factores psicosociales que inciden en el estrés laboral tienen que ver con las demandas de la situación (o contexto laboral) y con las características del individuo.
 (Tomado de: Merín Reig, Cano Vindel y Miguel Tobal, 1995, p. 118)

         La importancia que las características contextuales (entorno de trabajo) tienen para determinar la respuesta del individuo está en función del grado de precisión o ambigüedad que dicho contexto presente. Es decir, cuando una situación tiene mucha "fuerza", las variables personales son poco importantes porque el comportamiento está muy pautado. Por el contrario, si la situación no es clara, se presta a la interpretación del sujeto. En este caso, las características del individuo son más determinantes de su conducta.
          ¿Existen profesiones más estresantes que otras? Obviamente, sí. La naturaleza de cada trabajo exige una mayor o menor cantidad de recursos a los trabajadores, independientemente de sus diferencias individuales. Unos trabajos exigen prisa, inmediatez, otros exigen precisión, exactitud, otros exigen un gran esfuerzo físico, otros un gran esfuerzo mental, otros acarrean una gran responsabilidad, pues las consecuencias de un error pueden ser vitales, etc.
  La consecuencia inmediata que se puede extraer de la tabla anterior es que existen situaciones laborales objetivas, con mucha fuerza contextual que son potencialmente más estresantes que otras. Al menos, así son valoradas por las muestras de los distintos colectivos de trabajadores que han sido seleccionados en este estudio (Merín Reig, Cano Vindel y Miguel Tobal, 1995, p. 118).

         Ahora bien, además de tener en cuenta la profesión, el contexto laboral, debemos tener en cuenta las diferencias individuales. Así, dos personas en un mismo puesto de trabajo pueden responder de manera muy diferente. Por ejemplo, uno puede estresarse y otro no.
    Cualquier situación o condición que presiona al individuo en su actividad laboral puede provocar la reacción de estrés. E incluso, en ocasiones, aunque la situación objetivamente no sea muy estresante (por ejemplo, puede que sea agobiante para un individuo, pero que no lo sea para otro), si un individuo interpreta dicha situación como un peligro, o como una amenaza potencial, surgirá la reacción de estrés. Por lo tanto, aunque hagamos un listado exhaustivo de factores que pueden desencadenar estrés, dicho listado será siempre incompleto. No obstante los siguientes factores han sido recogidos en un amplio informe sobre el estrés laboral de la Comisión Europea (2000):
  • Exceso y falta de trabajo
  • Tiempo inadecuado para completar el trabajo de modo satisfactorio para nosotros y para los demás
  • Ausencia de una descripción clara del trabajo, o de la cadena de mando
  • Falta de reconocimiento o recompensa por un buen rendimiento laboral
  • No tener oportunidad de exponer las quejas
  • Responsabilidades múltiples, pero poca autoridad o capacidad de tomar decisiones
  • Superiores, colegas o subordinados que no cooperan ni nos apoyan
  • Falta de control o de satisfacción del trabajador por el producto terminado fruto de su trabajo
  • Inseguridad en el empleo, poca estabilidad de la posición
  • Verse expuesto a prejuicios en función de la edad, el sexo, la raza, el origen étnico o la religión
  • Exposición a la violencia, a amenazas o a intimidaciones
  • Condiciones de trabajo físico desagradables o peligrosas
  • No tener oportunidad de servirse eficazmente del talento o las capacidades personales
  • Posibilidad de que un pequeño error o una inatención momentáneos tengan consecuencias serias o incluso desastrosas
  • Cualquier combinación de los factores anteriores




domingo, 17 de junio de 2012

Neurociencia y aprendizaje


NEUROCIENCIA Y APRENDIZAJE


Mg. Celestino Otiniano Arcinieg

El concepto de Neurociencia

Neurociencia es considerada como el estudio del Sistema Nervioso Central (SNC) mediante un conjunto disciplinas asociadas a la neurología, tiene como principal finalidad la investigación de la estructura, el desarrollo, la fisiología, farmacología, la química y patología del SNC, cómo interaccionan a nivel cortical y subcortical y dan origen a la conducta, al aprendizaje, la memoria, las emociones y el lenguaje. La investigación del SNC se aboca a resolver interrogantes mediantes explicaciones basadas en evidencia empírica, entre estas interrogantes tenemos: ¿Cómo funciona el SNC?, ¿Cómo se produce el aprendizaje?, ¿Cómo se relaciona el SNC y la conducta? ¿Cómo procesa la información entrante? Kandel (2001) sostiene que el propósito de la Neurociencia es: “Comprender la mente: cómo percibimos, nos movemos, pensamos y recordamos”.

El cerebro humano es el ordenador de mayor capacidad de almacenamiento de información del universo (280 trillones de bytes aproximadamente); es considerada la máquina más maravillosa y compleja que existe hoy en día. Cada día hay mayor avance en la comprensión de sus complicados mecanismos. Las investigaciones actuales se dedican a descubrir la interacción de sus intrincados mecanismos moleculares, la integración cortical de los aportes sensoriales, la plataforma neuronal del funcionamiento cognitivo, afectivo y volitivo, la capacidad de recuperación funcional entre sus dos hemisferios, los procesos evolutivos y degenerativos, entre otros. Kandel (2001) manifiesta que la neurociencia “representa la unión de grandes ciencias como la anatomía, embriología, neurofisiología, la psicología cognitiva, biología celular, biología molecular y la psicología, que tiene como una de las grandes metas más desafiantes explicar la relación entre el cerebro y las conductas (social, cognitiva, emocional)”


Neurociencia y Educación

Los grandes avances en la neurociencia, en especial en la década de los noventa, denominada década del cerebro, han permitido develar los mecanismos cerebrales que hacen posible el aprendizaje, tal como almacenar la información de manera permanente en el cerebro; algunos de estos descubrimientos pueden ayudarnos a comprender con mayor profundidad el proceso de aprendizaje de nuestros discentes, es decir, comprender el aprendizaje como un proceso que genere alegría, agrado y satisfacción por lo que realiza como trabajo escolar. Así lo recuerda Wolfe (2001) cuando señala: “El descubrimiento más novedoso en educación es la neurociencia o la investigación del cerebro, un campo que hasta hace poco era extraño a los educadores”. Una obligación del educador contemporáneo en la presente etapa histórica, caracterizada por el intenso cambio en el conocimiento y el avance científico y tecnológico, es tomar conciencia de la necesidad de conocer mucho más sobre el cerebro y manejar información adecuada de su funcionamiento y como sucede el proceso de aprendizaje, cómo se procesa la información obtenida, cómo controla los estados del comportamiento, cómo regula las emociones. Comprendiendo este complejo proceso el educador puede desarrollar de manera óptima un planeamiento, ejecución y evaluación curricular y un ambiente escolar mucho más compatible con el proceso del aprendizaje.
Los procesos del aprendizaje se hayan interrelacionados con el medio social y sus formas de interactuar en el sujeto, por ejemplo debido a descubrimientos neuro-científicos, sabemos que proporcionar brinda mayor placer que receptar y que la desigualdad es mucho más nociva que la pobreza. La desigualdad causa estrés y éste, a su vez, origina una superproducción de sustancias nocivas (toxinas) que atrofian funciones básicas en el SNC. 

En los países más equitativos, las personas son más longevas. Los costarricenses y los cubanos son más longevos que los norteamericanos, ellos buscan solucionar necesidades básicas, pero viven más porque son más igualitarios.

En la actualidad es necesario desarrollar nuevos modelos educativos que inserten los aportes de la neurociencia al campo educativo. Lawson (2001) indica que la teoría del aprendizaje es compatible con el estudio del cerebro, se pueden derivar sus conclusiones partiendo de los estudios fisiológicos para comprender cómo el cerebro aprende mejor. Jensen (2000) reafirma esta propuesta al señalar que: “El aprendizaje basado en el cerebro, es un proceso cimentado en la información del uso de un grupo de estrategias prácticas que son dirigidas por principios sólidos derivados de la investigación del cerebro”. Sobre la interacción del SNC con las funciones del aprendizaje Bunge (2009) sostiene que: “Si uno deja de aprender, el cerebro deja de funcionar”.

Un educador es señalado como el agente educativo necesario en el proceso de enseñanza-aprendizaje, debe emplear los últimos aportes de la neurociencia durante su práctica educativa en aula, conociendo los elementos que activan el SNC, para un aprendizaje eficiente en el discente debe activar el proceso de adquisición de nuevos conocimientos mediante las emociones positivas, generando fascinación y alegría.

La aplicabilidad de conocimientos neurocientíficos y espacios de interacción en el aula, exige el compromiso en los educadores y la comunidad, de informarse y obtener información básica sobre el funcionamiento del SNC. De la misma manera, es importante que el educador comprenda cómo el cerebro desempeña múltiples funciones, cómo se organiza en sistemas y cómo estos sistemas permiten que sea posible el aprendizaje, la memoria, el lenguaje, las emociones, la atención, el pensamiento, la conducta y tantas otras funciones más.
El conocimiento adecuado de la estructura y funcionamiento del SNC provee al educador del soporte teórico para emprender nuevas formas para conducir el proceso de enseñanza-aprendizaje, generando nuevas oportunidades para el desarrollo integral del discente. Como seres humanos, tenemos enorme potencial para el aprendizaje, nacemos con el deseo innato por aprender y poseemos sistemas naturales de aprendizaje (motivación, acción, desarrollo, fortalecimiento, estructuración, refinamiento y dominio). Genéticamente el cerebro está programado para aprender, procesar, consolidar y recordar un aprendizaje. Tiene capacidad para adaptarse a los cambios. Cuanto más aprende, más se desarrolla. Es el único órgano del cuerpo que puede auto enseñarse; puede captar, percibir o comprender un aprendizaje de diferentes maneras (visual, auditiva, lógica, lingüística, reflexiva, analítica, conceptual, perceptiva, motora, emocional, intrapersonal, interpersonal.). El cerebro es altamente influenciado por el entorno, las emociones y los estados de ánimo (pueden afectar la capacidad de pensar, razonar las acciones, actitudes y el aprendizaje).
 El cerebro es la parte más grande del encéfalo, formado por dos hemisferios cerebrales y está contenido en el cráneo. Los hemisferios se mantienen unidos a través de un enorme haz de sustancia blanca recubierta por la corteza cerebral denominado cuerpo calloso, el mismo que hace posible la función integrada de ambos hemisferios. Estamos formados por dos hemisferios complementarios y eso es lo que hace que caminemos hacia la integración y la total activación del cerebro. La relación inter-hemisférica que se establece a través del cuerpo calloso interviene en el desarrollo del lenguaje, de la conciencia diferenciada del “yo” y en el aumento de la capacidad de aprendizaje codificado que experimenta el niño y niña. Se considera que los dos hemisferios difieren no tanto en lo que se enfocan, sino en cómo procesan la información de entrada. El hemisferio izquierdo parece centrarse en los detalles (por ejemplo, reconocer una cara particular en una multitud). El hemisferio derecho se centra en generalidades (por ejemplo, comprender la posición relativa de objetos en el espacio).

El hemisferio izquierdo dirige el control motor del lado derecho del cuerpo humano, es especializado o dominante para la comprensión y expresión del lenguaje, la matemática, las funciones analíticas; busca explicación del porqué de los eventos, se especializa en reconocer palabras y números. El hemisferio derecho dirige el control motor del lado izquierdo del cuerpo humano, procesa información en forma holística y abstracta, es sensible al espacio, interpreta el lenguaje a través de gestos, movimientos faciales, emociones y el lenguaje corporal.

Roeders (1996) sostiene que la persona con predominio del hemisferio izquierdo toma las partes separadas, las une, las compone en una relación lógica; de manera que está trabajando desde una parte hacia un total. La persona con predominio del hemisferio derecho, al contrario, piensa en totales; ella primero observa el total y luego ve las partes de las cuales está compuesto y así es capaz de descubrir coherencias y soluciones no convencionales. Aquellos niños con predominancia del hemisferio izquierdo piensan y trabajan con símbolos; mientras que los niños con predominancia del hemisferio derecho interactúan mejor con los objetos concretos. Niños y niñas aprenden eficientemente a través de sus experiencias directas y multisensoriales, lo que les permite emplear los instrumentos conceptuales del conocimiento (nociones, ideas, categorías, hipótesis y saberes) y activamos el potencial de aprendizaje estimulando plenamente el cerebro en las diversas funciones de ambos hemisferios.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que no todo lo que se conoce en el campo neurocientífico es aplicable al ámbito educativo. El cerebro funciona mediante dos factores importantes: los determinantes genéticos (influencias bioquímicas) y los ambientales (las experiencias individuales) existen muchos factores culturales que influyen de manera directa y positiva en el SNC y que deben ser consideradas por el educador, puesto que éstas podrán determinar en la forma de planificar, desarrollar y evaluar el proceso del aprendizaje. Así tenemos que las emociones son críticas para la elaboración de normas, por ejemplo, lo que aprendemos está organizado por procesos mentales que implican expectativas, inclinaciones, prejuicios personales, autoestima y la necesidad de interacción social. Las emociones y los pensamientos se moldean unos a otros y no pueden separarse.

Elementos del SNC que determinan el aprendizaje

Los elementos fundamentales que determinan el aprendizaje y la fijación de la memoria en el cerebro son:

Las neuronas, actores principales; es la unidad anatómica y funcional del cerebro; es la célula más importante en el sistema nervioso y trascendente desde el punto de vista del procesamiento de la información. Sólo se da el aprendizaje cuando se comunica una neurona con otra vía la transmisión sináptica. Snell (2007), indica que las neuronas son células excitables especializadas en la recepción de estímulos y en la conducción del impulso nervioso. Se estima que existen alrededor de 100 mil millones de neuronas en el cerebro humano. Snell (id.) sostiene que la mayoría de las neuronas pueden establecer conexiones sinápticas con otras mil neuronas o más y pueden recibir hasta diez mil conexiones desde otras neuronas. Es imposible estudiar en forma directa lo que está sucediendo en cien mil millones de neuronas que se encuentran en el cerebro humano, y que sólo pueden verse por medio de un microscopio de alta resolución; sin embargo, los neurocientíficos han encontrado alternativas para hacer inferencias acerca de lo que está ocurriendo a nivel neuronal. Por ejemplo: observando acciones masivas en regiones de células, vía la neuroimagenología o neuroimagen; utilizando las técnicas de escáner como la tomografía axial computarizada (TAC); Resonancia nuclear magnética (RNM), tomografía de emisión de positrones (TEP) mediante su aplicación se determina qué áreas del cerebro se activan más en una experiencia o actividad ejecutada. La tecnología MRI (de imágenes por resonancia magnética) y la tomografía computarizada de emisión de fotón (SPECT), son técnicas no invasivas que permiten estudiar cómo un producto marcado radioactivamente se distribuye por el cerebro. Usualmente en las investigaciones sobre el cerebro se utilizan animales menores a los cuales se les insertan electrodos para registrar lo que está ocurriendo en células neurales específicas. También es frecuente la extirpación selectiva de determinadas áreas del cerebro. Por ejemplo, se ha aprendido mucho sobre la función del hipocampo en relación con la memoria, al estudiar organismos a los que se les había extirpado dicho área neuronal.
inapsis y transmisión sináptica, cambios estructurales y funcionales. Los axones (parte efectora de la célula) se ponen en contacto con otras neuronas por medio de arborizaciones, las dendritas, situadas en sus extremos; aunque no se tocan, hay un espacio de quizá entre diez a cincuenta nanómetros (millonésima parte de un metro). Este punto de contacto próximo es llamada sinapsis. El proceso de transferencia de la información en la sinapsis se llama transmisión sináptica, como resultado de una serie de procesos eléctricos (iones) y químicos (neurotransmisores). El axón de una neurona se comunica con otras neuronas al liberar neurotransmisores. La sinapsis es una zona en la que la transmisión de un impulso nervioso se bloquea con mucha facilidad, porque las neuronas se comunican entre sí mediante conexiones sinápticas donde una neurona puede inhibir o excitar la actividad nerviosa de otra neurona. Si una información se considera importante, beneficiosa y motivada, pasa a la amígdala cerebral (filtro afectivo) quien decide quién pasa al cerebro central con ayuda de la dopamina, (neurotransmisor que controla los niveles de atención) activándose cuando la información que acaba de ingresar está asociada al placer, agrado y/o satisfacción. Por el contrario, la amígdala cerebral puede bloquear la información nueva si se encuentra bajo presión, cuando haya presencia de estrés, que el ambiente sea poco acogedor, el clima emocional desagradable entre otras muchas cusas. El aprendizaje también implica un cambio en el comportamiento y por tanto se debe suponer alguna modificación en la forma en que se comunican las neuronas. En la actualidad, se conjetura que los cambios en tal comunicación entrañan cambios en las conexiones sinápticas entre neuronas, es decir, cuanto más entradas se usan para obtener una información, más amplia resulta la red de asociaciones, así como la red de conexiones entre las células cerebrales. Redes grandes pueden ser rencontradas más fácilmente que las pequeñas; así retenemos y recordamos mejor la información de una red más grande. El aprendizaje tiene lugar al aumentar la eficacia de las conexiones sinápticas existentes; lo cual es resaltado por Roeders (1996) cuando afirma que la mayoría de las conexiones se forman al usarse el cerebro, cuando más son estimuladas, más conexiones se construyen y más grandes son las capacidades del hombre para pensar.
Las redes o circuitos neuronales que trabajan en equipo, permiten el aprendizaje, almacenamiento y evocación (memoria). Todo aprendizaje de cualquier información tiene lugar en el SNC. El cerebro necesita una intrincada red de circuitos neuronales conectando sus principales áreas sensoriales y motoras, es decir, grandes concentraciones de neuronas capaces de almacenar, interpretar y emitir respuestas eficientes a cualquier estímulo; teniendo también la capacidad en todo momento, en correspondencia con nuevas informaciones, de reajustar sus conexiones sinápticas y nuevos aprendizajes. Para llevar a cabo la transmisión y el procesamiento de información, cada neurona establece comunicación con muchas otras, formando redes neuronales, tanto más intrincadas sea, mayor es su capacidad de procesamiento.

Las redes neuronales a pesar de estar constituidas por elementos celulares similares comunicados en base a patrones comunes, se comportan de maneras diferentes. Los contactos interneuronales o sinapsis que permiten tal comunicación, más que contactos físicos entre membranas, funcionan modulando el paso de señales de una célula a otra. Cada neurona se comporta como una pequeña pero eficaz sumadora biológica de respuestas eléctricas; cada célula neuronal en interconexión con otras se constituye en una unidad de procesamiento.

Los neurotransmisores son segregados a través de unos sáculos muy pequeños (vesículas sinápticas). Éstos emigran a través de la grieta sináptica (espacio entre las neuronas), llegan a la célula receptora atravesando la membrana a través de un canal y estimulan su despolarización. Así se genera un impulso nervioso. De esta forma, la transmisión química es la que comunica un impulso nervioso de una neurona a otra. Cuando ya se ha producido la transmisión, los neurotransmisores son metabolizados por las enzimas. Los neurotransmisores trabajan excitando las neuronas, provocando su disparo (transmisión de un impulso eléctrico a lo largo de su axón). Sin embargo, en algunos casos los neurotransmisores pueden provocar lo contrario, inhibiendo el disparo de las neuronas. La inhibición se produce cuando el canal de la membrana celular no es sensible al sodio, sino a los iones de cloro (Cl) o a los de potasio (K). Este efecto, o permite a los iones cloruro negativos el paso a través de la célula diana, o permite que los iones de potasio positivos escapen de ella. En ambos casos, la carga eléctrica dentro de la célula diana se mantiene negativa y la neurona no se "dispara".

Tanto la excitación como la inhibición son importantes para el funcionamiento del sistema nervioso, como controlador y coordinador. Se cree que en el sistema nervioso central hay alrededor de sesenta neurotransmisores. Forman parte del lenguaje del sistema nervioso, y regulan muchos estados y actividades del cuerpo como las emociones, estados de ánimo, el sueño, el aprendizaje, la memoria. Neuro-trasmisores como glutamato, dopamina, serotonina, noradrenalina y acetilcolina excitan las neuronas. Tanto dopamina como acetilcolina incrementan el aprendizaje, refuerzan la concentración y proporcionan satisfacción y agrado. La serotonina es un neurotransmisor que ayuda a combatir la depresión (abatimiento, decaimiento, desánimo) y puede producir una sensación general de bienestar, comodidad y confort.

Neuromoduladores, elementos químicos que influyen en el aprendizaje, la memoria y transforman la conducta.

Las estructuras cerebrales, es toda la base de cómo archivar la información y generar los tipos de memoria (memoria de trabajo, memoria sensorial, memoria transitoria, memoria a corto plazo y memoria de largo plazo), sustentan los procesos de la memoria, diferenciadas según la información, codificación y evocación.

El desarrollo neurológico del infante

El desarrollo humano está bajo influencias genéticas y ambientales. Las investigaciones en neurociencia sobre el desarrollo infantil y sus alteraciones tienen en cuenta el concepto de neurodesarrollo; entendido éste como un proceso dinámico de interacción entre el organismo y el medio o contexto que da como resultado la maduración orgánica y funcional del SNC. El desarrollo de las funciones psíquicas y la estructuración de la personalidad expresa que un alto porcentaje de las alteraciones son originadas en la etapa prenatal, en especial en el período embrionario (desde la concepción a la octava semana). El sistema nervioso humano se empieza a formar en la tercera semana del desarrollo, en la cuarta semana, se inicia la diferenciación del cerebro, los ojos, los oídos, el hígado, el intestino y un primer tipo de riñón. En las siguientes cuatro semanas concluye el período embrionario, caracterizado por el predominio de la diferenciación sobre el crecimiento, en la cual se forman los esbozos de todos los órganos, como los miembros, el sistema reproductor, el riñón definitivo, las costillas y el cráneo. Al finalizar la octava semana, el corazón está bien constituido desde el punto de vista morfológico. El período fetal abarca de la novena semana al nacimiento (38 a 40 semanas). Esta etapa se caracteriza por el predominio del crecimiento de los órganos sobre la diferenciación.

En el período embrionario es importante tomar las precauciones sobre los factores o agentes denominados teratógenos, que alteran el normal desarrollo del sistema nervioso. Estos factores se clasifican en biológicos, físicos y químicos.

Entre los factores biológicos se encuentran características maternas como: estado de nutrición, deficiencia de vitaminas, ácido fólico (su carencia produce anencefalia), edad (predisposición reproductiva), forma de la pelvis, infecciones y enfermedades que padece (diabetes, hipotiroidismo), estatura, peso, presencia de tensión emocional. Entre los agentes físicos que alteran el adecuado desarrollo del SNC están las radiaciones ionizantes, uso de rayos X, los traumatismos maternos y la hipertermia.

Los agentes químicos que alteran el desarrollo del SNC en el infante son muy numerosos; se calcula que por lo menos un 2% de las anomalías congénitas son provocadas por exposición del feto ante teratógenos químicos. Otros factores que causan trastornos en la formación del SNC son el uso por parte de la madre de medicamentos anticonvulsionantes, antipalúdicos, anticoagulantes, tranquilizantes, ansiolíticos, analgésicos, hipo e hipervitaminosis. Se ha comprobado que antibióticos como la estreptomicina lesionan el oído y provocan sordera.

A esto se asocian el consumo y exposición a sustancias nocivas como cocaína, heroína, marihuana, tabaquismo y alcoholismo. La ingesta excesiva de cafeína, exposición al thinner; exposición a contaminantes ambientales como mercurio, plomo y pesticidas. Todos estos agentes alteran el desarrollo normal en la formación del SNC, ocasionan retraso en el desarrollo del sistema nervioso del feto, anomalías cardiacas, retraso mental, microcefalia, defectos del tubo neural, nacimiento prematuro.

Secuencia que sigue el cerebro para llegar a un aprendizaje esperado

Comprender cómo aprende globalmente un sujeto, implica conocer las secuencias que sigue el SNC para lograr un aprendizaje esperado. Algunas ideas que propongo son las siguientes:

a) Al aprender el SNC necesita percibir y codificar la información de entrada (Input) y para ello utiliza todos los recursos multisensoriales, el cuerpo, el movimiento y todos los conocimientos previos almacenados en la memoria de trabajo, sensorial, transitoria, a corto mediano y largo plazo). Luego del input sensorial se desencadenan una serie de acontecimientos a nivel neurológico, como por ejemplo:

b) La activación del mecanismo de atención (sin atención no hay aprendizaje ni memoria). La atención es una condición energética y global de todo el organismo que permite la percepción y procesamiento de la información ambiental y el mantenimiento de pautas complejas de comportamiento durante períodos prolongados de tiempo. Al hablar de atención y los procesos atencionales, nos referimos también de forma genérica al carácter selectivo del comportamiento. El desarrollo de nuestras actividades (proceso de enseñanza-aprendizaje) exige el concentrarse en un número limitado de estímulos y dejar a otros al margen, es decir, permitir que el niño o niña procese la información más relevante ignorando otros estímulos (externo o interno) y empieza a adquirir de manera directa o indirecta el aprendizaje.

c) Los recursos manipulativos, los materiales concretos diversos, las estrategias, métodos, procedimientos y actividades variadas que van a permitir a los discentes emplear los instrumentos del conocimiento y activar las operaciones mentales, entre ellos; observar, describir, identificar, ordenar, relacionar, clasificar, seleccionar, diferenciar, memorizar, analizar, sintetizar, elaborar conceptos, inferir, realizar procesos lógicos, comparar. Todos ellos indican causa y efecto, resuelven problemas, hacen abstracción, generalizan, emiten juicios, hasta alcanzar meta cognición (reflexión, pensar lo que pensó), y permitir que el nuevo aprendizaje sea adquirido activando ambos hemisferios cerebrales desarrollando nuevas conexiones sinápticas y nuevas capacidades.

d) La retroalimentación, es un excelente recurso para afianzar el aprendizaje (autocorrección), por ejemplo, escuchar a los discentes de manera libre sobre un tema determinado, realizar pequeños ejercicios sin nombrarlos como evaluación o hacer otra actividad que le permita saber qué entendieron.

e) En ese instante el educador asume el papel básico de mediador, orientador, guía, marcando, así, la diferencia importante entre los procesos de enseñanza y aprendizaje.

f) En ese momento, el cerebro está preparado para archivar en la memoria lo que aprendió; sin embargo, es necesario fundamentar el aprendizaje, repasando y ejercitando lo aprendido en diferentes momentos, aplicando FIDO (frecuencia, intensidad, duración y oportunidad), para consolidar el aprendizaje en el sistema de memoria que corresponda. El tipo de información que fue retenida, la manera que fue codificada, archivada y luego evocada, va a permitir que el aprendizaje se haga real, agradable, significativo y funcional.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Snell, Richard (2007). Neuroanatomía clínica. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana.
Soriano, Carles et. al. (2007). Fundamentos de neurociencia. Madrid: Editorial UOC.
Vygotski, Lev (1983). Obras Escogidas. Problemas del desarrollo de la psique. Moscú. Editorial Pedagógica. Tomo III.
Vygotski, Lev (1983). Obras Escogidas. Psicología infantil. Moscú: Editorial Pedagógica. Tomo IV.
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domingo, 10 de junio de 2012

TRASTORNO DE CONDUCTA EN NIÑOS





The Children Hospital and Weastmead


Informacion para padres


¿Qué debemos saber cómo padres?
¿Qué son los Trastornos de Conducta?
Según los profesionales de la salud, los Trastornos de Conducta son aquellos problemas que tienen nuestros hijos cuando tienen dificultades para cumplir las normas que la mayoría de los niños aceptan.
Algunos ejemplos de estos problemas son:
• No obedecer a sus padres o a otros adultos, como profesores. La mayoría de los niños desobedece algunas veces, pero los menores con estos problemas desobedecen todo el tiempo y aun en situaciones donde el castigo es serio.
• Tener rabietas que son mucho más frecuentes y severas que el promedio de los niños de su edad.
• Volverse agresivos y mostrar conductas destructivas. Esto puede involucrar daño a la propiedad privada, pero también puede implicar amenazas o comportamientos peligrosos, como robar.
• Replicar siempre, contestar mal, discutir, hacer que pequeñas situaciones parezcan más grandes de lo que son y siempre desear decir la última palabra.
• Rehusar a cumplir con sus obligaciones diarias, como las tareas escolares y el aseo personal. Es probable que la mayoría de los adolescentes tengan sus cuartos desordenados y les cueste ayudar a hacer las tareas de la casa. Sin embargo, los adolescentes con problemas de conducta se niegan constantemente a hacer algo para ayudar y no prestan atención a la limpieza básica e higiene.
• Todos los niños mienten especialmente si temen involucrarse en problemas o si realmente quieren algo desesperadamente. En el caso de los niños con problemas de conducta, ellos mienten constantemente aun cuando no hay necesidad de hacerlo.
• Los niños con problemas de conducta también presentan otras conductas antisociales, como el exceso de ira y el uso de palabras vulgares; conductas ofensivas, como por ejemplo, escupir a las personas, o el ser indiferentes a los sentimientos de los demás.

Cuando nuestros hijos enfrentan estos problemas, es útil saber cuales son las cosas que empeoran la situación:
1. Problemas familiares

• Cuando tenemos tantos problemas que ya no nos podemos concentrar en los problemas de nuestros hijos;
• Cuando nosotros como padres no nos ponemos de acuerdo en cómo ayudarlos con sus problemas;
• Cuando como padres discutimos y peleamos delante de los hijos;
• Cuando involucramos a nuestros hijos en nuestras peleas;
• Cuando nuestros hijos se preocupan por nuestra seguridad y felicidad.

2. Uso de drogas y alcohol

• Cuando nuestros hijos consumen alcohol y drogas haciendo aflorar sus aspectos más negativos;
• Cuando nosotros consumimos alcohol y drogas haciendo aflorar nuestros aspectos más negativos;
• Cuando nosotros consumimos alcohol y drogas en lugar de buscar la ayuda apropiada.

3. Presiones de los amigos

• Cuando otros adolescentes ponen presión en nuestros hijos para que beban y consuman drogas;
• Cuando esperamos que nuestros niños se comporten diferente a lo que sus amigos esperan de ellos;
• Cuando a nuestros hijos se les presiona para que hagan cosas incorrectas.


4. Presiones en la escuela

• Cuando cada profesor espera demasiado de nuestros hijos sin darse cuenta de la presión que otros profesores también ponen en ellos;
• Cuando presionamos demasiado a nuestros hijos y les provocamos ansiedad;
• Cuando esperamos demasiado de nosotros mismos y nuestros hijos siguen nuestro ejemplo;
• Cuando a nuestros hijos se les molesta o pasan por momentos difíciles con otros niños abusivos.

5. Las propias presiones del niño

• Cuando nuestros hijos son sensibles, necesitamos enseñarles a protegerse de manera que eviten involucrarse en problemas. Algunos adolescentes muy sensibles tratan de actuar rudamente para protegerse y pueden llegar hasta intimidar a otros. Los niños que están deprimidos, a veces, pueden volverse irritables y agresivos. 
 


domingo, 3 de junio de 2012

ANOREXIA













¿Qué es la anorexia nerviosa?
La anorexia nerviosa es un desorden alimenticio que amenaza contra la vida y es caracterizada por la privación de comer y por la pérdida excesiva de peso. El desorden es diagnosticado cuando una persona pesa por lo menos el 15 por ciento menos del peso normal de su cuerpo. La pérdida de peso extrema en las personas con anorexia nerviosa puede conducir a problemas peligrosos de salud e inclusive a la muerte.

El término anorexia significa literalmente "pérdida del apetito;" sin embargo, esta definición es engañosa ya que las personas con anorexia nerviosa con frecuencia tienen hambre pero, de todos modos, rechazan la comida. Las personas con anorexia nerviosa tienen intensos temores a engordar y se veen así mismos gordos inclusive cuando están muy delgados. Estos individuos pueden tratar de corregir esta percibida "imperfección" limitándo el ingerimiento de la comida de manera estricta y haciendo excesivo ejercicio con la finalidad de perder peso.

¿A quiénes les da anorexia nerviosa?
Las personas con anorexia nerviosa tienden a ser personas que obtienen altos logros y se desempeñan muy bien en la escuela, los deportes, el trabajo y en otras actividades. Ellos podrían dejar de comer para sentir que tienen control sobre alguna parte de sus vidas o podrían rechazar la comida para "revelarse" en contra de sus seres queridos. La anorexia nerviosa empieza usualmente alrededor de la pubertad pero puede desarrollarse en cualquier momento.

Los desórdenes alimenticios son más comunes en las mujeres que en los hombres. El riesgo de desarrollar un desorden alimenticio es más grande en actores, modelos, bailarines y atletas de deportes en los que la apariencia y/o el peso son importantes, como por ejemplo lucha libre, gimnasia y patinaje sobre hielo.

¿Qué causa anorexia nerviosa?
La causa exacta de la anorexia nerviosa no es conocida pero las investigaciones sugieren que una combinación de ciertos razgos de la personalidad, patrones emocionales y de pensamientos, así como factores biológicos y ambientales podrían ser los responsables.

Las personas con anorexia nerviosa, con frecuencia, usan la comida como una manera de ganar un sentido de control cuando otras áreas de sus vidas están bajo mucho estrés o cuando se sienten abrumados. Los sentimientos de incompetencia, baja auto estima, ansiedad, rabia o soledad también podrían contribuir al desarrollo de este desorden. Adicionalmente, las personas con desórdenes alimenticios podrían tener relaciones problemáticas o tener una historia de haber sufrido burlas respecto a su tamaño o peso. La presión de los amigos y una sociedad que identifica la esbeltez y la apariencia física con la belleza también puede tener un impacto en el desarrollo de la anorexia nerviosa.

Los desórdenes alimenticios también podrían tener causas físicas. Los cambios en las hormonas que controlan la manera como el cuerpo y la mente mantienen el humor, el apetito, los pensamientos y la memoria, podrían fomentar los desórdenes alimenticios. El hecho que la anorexia nerviosa tienda a correr en las familias también sugiere que la susceptibilidad a este desorden podría ser heredada.

¿Cómo se diagnostica la anorexia nerviosa?
Identificar la anorexia nerviosa puede ser un desafío. El secreto, la verguenza y la negación son las características de este desorden. Como resultado la enfermedad puede avanzar sin ser detectada por largos períodos de tiempo.

Si se presentan síntomas, el doctor empezará una evaluación realizando una historia médica completa y un examen físico. Aunque no existen pruebas de laboratorio para diagnosticar específicamente la anorexia nerviosa, el doctor podría usar varias pruebas de diagnóstico, tales como, los rayos X y las pruebas de sangre para descartar la enfermedad física como la causa de la pérdida de peso así como para evaluar los efectos de la perdida de peso en los órganos del cuerpo.

Si no se encuentra ninguna enfermedad física, la persona podría ser referida a un psiquiatra o psicólogo que son profesionales del cuidado de la salud quienes están especialmente entrenados para diagnosticar y tratar las enfermedades mentales. Los psiquiatras y los psicólogos pueden usar herramientas de evaluación y una entrevista especialmente diseñada para evaluar a una persona que tiene un desorden alimenticio.

¿Cuáles son los síntomas de la anorexia nerviosa?
•Rápida pérdida de peso a lo largo de varias semanas o meses
•Continuar haciendo dieta a pesar de estar delgado o con el peso muy bajo
•Tener un interés inusual en la comida, las calorías, la nutrición o en cocinar
•Temor intenso a subir de peso
•Extraños hábitos o rutinas alimenticias, como por ejemplo, comer en secreto
•Sentirse gordo incluso cuando se tiene bajo peso
•Inhabilidad de calcular realísticamente el peso de su propio cuerpo
•Esforzarse por lograr la perfección y ser muy autocrítico
•Excesiva influencia del peso y forma del cuerpo en el autoestima de la persona
•Depresión, ansiedad o irritabilidad
•En las mujeres, períodos menstruales infrecuentes o irregulares
•Usos de laxantes, diuréticos o píldoras para dieta
•Enfermedades frecuentes
•Usar ropa suelta para esconder la pérdida de peso
•Hacer ejercicios compulsivamente
•Sentir que uno no vale la pena o sentirse sin esperanzas
•Retiramiento social
•Los síntomas físicos que se desarrollan a lo largo del tiempo, incluyen: poca tolerancia al clima frío, cabello y uñas quebradizas, piel seca o amarillenta, anemia, estreñimiento, articulaciones hinchadas y un crecimiento de nuevo pelo fino sobre el cuerpo
¿Cómo se trata la anorexia nerviosa?
El tratamiento de la anorexia nerviosa es un desafío porque la mayoría de las personas que tienen este desorden niegan que tienen un problema. Así como todos los desórdenes alimenticios, la anorexia nerviosa requiere un plan de tratamiento integral que es adaptado para cubrir las necesidades de cada paciente. Las metas del tratamiento incluyen devolverle a la persona un peso saludable, tratar problemas emocionales tales como la baja autoestima, corregir patrones de pensamiento distorcionados y desarrollar cambios de conducta a largo plazo. El tratamiento con mayor frecuencia involucra una combinación de las siguientes estrategias:

Psicoterapia — Este es un tipo de consejería individual que se enfoca en cambiar el pensamiento (terapia cognitiva) y la conducta (terapia conductual) de una persona con un problema alimenticio. El tratamiento incluye técnicas practicas para desarrollar actitudes saludables hacia la comida y el peso, así como un aproximamiento para cambiar la manera como una persona responde a situaciones difíciles.

Medicación — Ciertas medicinas antidepresivas llamadas inhibidores selectivos de recaptación de serotonina (SSRIs) podrían ser usadas para ayudar a controlar la ansiedad y la depresión asociadas con un desorden alimenticio.

Orientación de Nutrición — Esta estrategia es diseñada para enseñar un enfoque saludable a la comida y al peso, para ayudar a restablecer patrones normales de alimentación y para enseñar la importancia de la nutrición y una dieta balanceada.

Terapia de grupo y/o de familia — El apoyo de la familia es muy importante para el éxito del tratamiento. Es importante que los miembros de la familia entiendan el desorden alimenticio y reconozcan sus señales y síntomas. Las personas con desórdenes alimenticios podrían beneficiarse con la terapia de grupo ya que pueden encontrar apoyo y podrán discutir abiertamente sus sentimientos y preocupaciones con otros que comparten experiencias y problemas comunes.

Hospitalización — La hospitalización podría ser necesaria para tratar la pérdida de peso severa que ha dado como resultado la desnutrición y otras serias complicaciones de salud mental y física, tales como los desórdenes cardíacos, depresión seria y el riesgo de suicidio. En caso de desnutrición severa se podrían necesitar; fluídos intravenosos (en la vena), la alimentación a través de una sonda nasogástrica o una solución total nutricional parenteral (TPN). La TPN es usada por pacientes que no pueden o no deben obtener su nutrición comiendo.

¿Cuáles son las complicaciones de la anorexia nerviosa?
Si no es tratada, la anorexia nerviosa puede conducir a:

•Organos dañados, especialmente el corazón, el cerebro y los riñones
•Caída en la presión sanguínea, el pulso y el ritmo respiratorio
•Cabellos y uñas quebradizas
•Temperatura del cuerpo baja
•Sensibilidad al frío
•Pérdida de cabello
•Afinamiento del pelo corporal
•Látidos irregulares del corazón
•Adelgazamiento de los huesos (osteoporosis)
•Muerte por dejarse pasar hambre o suicidio
¿Cuál es la perspectiva para las personas con anorexia nerviosa?
Así como los otros desórdenes alimenticios, la anorexia nerviosa se empeora cuanto más tiempo pase sin ser tratada. Cuanto más pronto este desorden sea diagnosticado y tratado, mejor será el resultado. La anorexia nerviosa puede ser tratada permitiendo que la persona regrese a un peso saludable; sin embargo, las personas con anorexia nerviosa con frecuencia no admitirán que tienen un problema y podrían resistir el tratamiento o rechazar seguir el plan de tratamiento.

Aunque el tratamiento es posible, el riesgo de recaída es alta. El recuperamiento de la anorexia usualmente requiere un tratamiento a largo plazo así como también un compromiso fuerte departe del individuo.

El apoyo de los miembros de la familia y otros seres queridos pueden ayudar a asegurar que la persona reciba el tratamiento necesario.

¿La anorexia nerviosa puede ser prevenida?
Aunque podría no ser posible prevenir todos los casos de anorexia nerviosa, ayuda mucho empezar el tratamiento en las personas tan pronto como empiecen a tener síntomas. Adicionalmente, enseñar y motivar a hábitos alimenticios saludables y a tener una actitud realista acerca de la comida y la imagen del cuerpo podrían ayudar en la prevención del desarrollo o empeoramiento de los desórdenes alimenticios.

¿Cuándo debo buscar ayuda?
Si se presenta una enfermedad física seria (como el bajar mucho de peso) la persona debe buscar pronta atención médica; sin embargo, los desórdenes alimenticios no dependen necesariamente del peso de una persona. Si sospechas que tú o alguien que conoces tiene un desorden alimenticio, busca ayuda inmediatamente. Los desórdenes alimenticios pueden volverse más peligrosos cuanto más tiempo pasen sin ser tratados. En casos severos, los desórdenes alimenticios pueden ser fatales.